PREMIOS MUJER 2024

Ya tienen la calle, ¿y ahora qué?

A este paso los sindicatos mayoritarios de la provincia de León van a abrir franquicias por las cabeceras de comarca para organizar manifestaciones para protestar por el abandono económico y social de la provincia y para exigir soluciones. La manifestación de este domingo en Ponferrada fue todo un éxito, al igual que lo fue hace unas semanas en la capital leonesa. En ambas, junto a los líderes sindicales, los máximos representantes de PP, PSOE, ayuntamientos, Diputación, patronales y otras asociaciones agarraron con todas sus fuerzas las pancartas reivindicativas. Todos a una, pero ¿contra quién?, ¿a quién iban dirigidas las reclamaciones de los manifestantes? No está claro que alguien se diese por aludido, porque todos los representantes del Gobierno central, Junta de Castilla y León, Cortes Generales y Parlamento regional, todos, estaban allí representados en esa manifestación, lo estuvieron en la de León capital y estarán en todas y cada una de las manifestaciones que los sindicatos convoquen ahora en las cabeceras de comarca. ¿Entonces?

Postureo total ante dramas reales y trágicos. Es cierto que todo León se desangra y, sobre todo El Bierzo, por eso sorprende la salida de los sindicatos: convocar manifestaciones. Pues, vale, ya está ¿y ahora qué? Ya tienen la calle. La calle y los sentimientos populares son suyos ¿y qué hacen ahora con todo ese capital? ¿Cómo convierten en proyectos concretos las expectativas creadas? Los sindicatos lo tienen claro: seguir convocando manifestaciones ahora en cabeceras de comarca, luego en municipios y, por último, en juntas vecinales. Y así, avanzando hasta la derrota final.

Ya podían los sindicatos pasar de las musas al teatro y convocar, por ejemplo, una mesa de trabajo con los partidos políticos para arrancarles compromisos concretos y puestos en negro sobre el papel blanco. Desde hace casi treinta años se vienen convocando manifestaciones, marchas, encierros y hasta huelgas de hambre para protestar, por ejemplo, por el cierre de la minería del carbón. ¿Se ha conseguido algo? Sí: Ya no queda ni una mina abierta. Ese es el trágico balance. Y los que han cerrado las minas, PSOE y PP, se manifiestan ahora, codo con codo, junto a los sindicatos. Venga, hombre.

En fin, no se trata de amargar los dulces de esta Navidad. Que los Reyes Magos le pongan a los sindicatos en sus zapatos nuevas manifestaciones. Con qué poco se contentan. ¿Y a Silván?, pues una candidatura, por favor, una candidatura ya, cuanto antes, que con tanto enredo en el seno de su partido, las decisiones se van aplazando, lo que genera ansiedad, incertidumbre y temor ante la aparición súbita de Vox. Y si no que se lo digan a la presidenta de las Cortes de Castilla y León, -oh, perdón, tema tabú- a quien, casi con seguridad le van a traer carbón. Ay, los enredos familiares y los navajeos en el interior de su propio partido en busca de un puesto seguro de salida en una lista, la que sea, porque lo que está claro es que en esta ocasión los puestos de salida se van a vender caros, dada la enorme competencia que se adivina dentro y fuera.

Ante tanta incertidumbre, hay quien se adelanta a los acontecimientos para asegurarse la confortabilidad, como la propiedad de Carflor, que ha vendido la mayoría de la empresa para evitar dependencias políticas y compromisos inevitables. Se lo pueden permitir y hacen bien.

 

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