Esta fiesta de invierno en honor a San Esteban es una tradición ancestral de cada 26 de diciembre. Sin embargo, con el paso del tiempo -y la globalización- hizo que estas festividades fueran cayendo en el olvido. Con el paso del tiempo, dicha festividad fue recuperándose con la intención de mantener las tradiciones.
El Grupo de Tsaciana comenzaba con el cantar en la puerta principal de la iglesia. “Te pedimos San Esteban licencia para cantar”, así entonaba su cántico en honor al Santo mientras la comitiva portaba, de camino al altar de la iglesia Santa Bárbara, un ramo en forma de triángulo adornado con uvas, rosquillas, cintas de colores y flores. Dicho cantar no es oriundo de Laciana, sino que es un cantar recogido hace años en Trasmonte. Concretamente de Concha de Trasmonte, la tocadora de pandeiro más importante de Asturias.
Después de procesionar por el pasillo central del templo de la capital lacianiega, el ramo fue depositado en el altar. Posteriormente, el sacerdote, Don Bruno, ofició la misa en honor a San Esteban. La jornada concluyó con un buen chocolate con fisueloselaborado por la asociación de mujeres ‘Buen Verde’ de Villager.
La Reserva de la Biosfera de Laciana
Este año, a diferencia de los anteriores, una vez finalizada la misa, el canto al ramo y haber probado los fisuelos con chocolate, las personas interesadas en seguir conociendo más sobre esta festividad -y otras que quedaron relegadas- se desplazaron hasta la Casona de la Fundación Sierra Pambley. Cabe destacar que antiguamente Villablino no tenía iglesia, entonces San Esteban se celebraba en la capilla dedicada al santo en la Casona de la familia Sierra Pambley, construida entre 1780 y 1784.
Una vez en las instalaciones de la Fundación Sierra Pambley, en una de las aulas superiores, en formato de Calecho, con las sillas en círculo se comenzó lo que sería el primer calecho de Reputsecer. Una incitaba que surge desde la Reserva de la Biosfera para fortalecer o recuperar aquellas tradiciones o festividades como la de San Esteban.
En dicho calecho, que fue eminentemente interactivo, pudo participar un gran número de personas como agentes principales de la sociedad lacianiega. En él se habló de San Esteban, y los diferentes ramos que atesoran muchas iglesias de la comarca, así como otras celebraciones como la fiesta de la Salga, la subasta de San Antón, la feria de los gorines, etc.