PREMIOS MUJER 2024

Villablino celebra su fiesta de invierno en honor a San Esteban

El principal protagonista de esta celebración es el ramo que se ofrece al santo, integrado por dulces, flores, cintas de colores y uvas

Un ramo en forma de triángulo y con tres pisos, adornado, con uvas, rosquillas, cintas de colores y flores encabezaba el cortejo. Eran las 18:00 horas cuando las puertas de la iglesia Santa Bárbara de la capital lacianiega se abrían para dar paso a la ofrenda y a los cánticos del grupo folclórico ‘Tsaciana’. Después de procesionar por el pasillo central del templo, el ramo fue depositado en el altar.

Posteriormente, el sacerdote, Don Bruno, ofició la misa en honor a San Esteban. La jornada concluyó con un buen chocolate con frisuelos, elaborado por la asociación de mujeres ‘Buen Verde’ de Villager. En el recuerdo de todos estuvo una mujer muy querida, Anita, quien durante años se encargó de engalanar el ramo.

La fiesta de invierno de Villablino -en honor a San Esteban- es una tradición ancestral de cada 26 de diciembre. Como antiguamente Villablino no tenía iglesia, la festividad se celebraba en la capilla dedicada al santo en la casa de la familia Sierra Pambley, construida entre 1780 y 1784. Desde el año 2007 fue el Ayuntamiento de Villablino quien recuperó esta fiesta que forma parte del acervo cultural del municipio.

Antiguamente, y según narran los más mayores de la comarca, esta celebración era una fiesta de mesa muy familiar; como una continuación de la Nochebuena y del día de Navidad. Incluso en sus inicios, el propio ramo era diferente ya que se construía con la rama de un árbol en forma de triángulo rematado con una puntilla y con el anagrama M.A, las iniciales de María. Del ramo pendían unas manzanas en alusión a la manzana del paraíso que después fueron sustituidas por dulces.

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