Un viaje a Laciana para los niños oncológicos de la Fundación Blas Méndez Ponce

Quizás el nombre la fundación Blas Méndez Ponce les resulte muy familiar a muchos lacianiegos. Y es que años atrás el colegio San Miguel, de la capital de la comarca, participó en un bonito proyecto, de la mano de esta asociación sin ánimo de lucro, a raíz de que uno de los alumnos del colegio, -hijo de los conocidos lacianiegos Ramiro y Nila- fuera, desgraciadamente, usuario de la fundación. Además, de padres, profesores y alumnos, algunos de los comerciantes de la zona se involucraron con el colectivo. Y así, tiempo después, la asociación quiere “devolver” a Laciana lo que tanto les ha dado, tal y como ha explicado Trinidad Martín, miembro de la directiva del patronato y además médico voluntario de la fundación.

¿Cómo? Pues a través de una visita que un grupo de niños y adolescentes oncológicos harán a la comarca desde el día 17 al 20 de mayo. Vendrán, eso sí, acompañados por sus propios hermanos y por médicos, enfermeros y monitores de tiempo libre y entretenimiento. La primera parada, será, por supuesto, el colegio San Miguel de Villablino donde, junto a los alumnos del centro, participarán en la elaboración de un mural. Pero como cuatro días dan para mucho, también visitarán Robles de Laciana y su Aula Geológica, Caboalles de Abajo y su molino y el Centro del Urogallo de Caboalles de Arriba. Además, podrán disfrutar de un taller de fabricación de mantequilla y con Ramiro Martínez y Nila Quindós participarán en otro taller de apicultura y de elaboración de jabones.

Una visita que es posible gracias a la implicación del concejal de Cultura, Ángel Gutiérrez, del propio Ramiro Martínez y del colegio San Miguel de Villablino. También hay que destacar que varias empresas de la zona se han involucrado, de una forma totalmente altruista, en los traslados de los niños así como también la propia Diputación provincial. Además, colaboran con la causa algunas empresas hosteleras del municipio y la Junta Vecinal de Caboalles de Abajo, según ha indicado Gutiérrez.

Precisamente, para la directora del colegio, Blanca Berdasco, la visita de los pequeños a la comarca “es la continuidad de un proyecto que se inició en el centro. Nosotros hemos seguido en contacto con la fundación en todo momento”. Ramiro Martínez, por su parte, ha recordado que los enfermos de la asociación han visitado otros lugares como Cádiz o Santander aunque ha querido matizar que ahora “aquí está Laciana para dar ese calor humano a los niños de la fundación”. En este sentido ha añadido que “los viajes son posibles gracias a este colectivo, de otra manera no sería viable. Nadie puede, por sus propios medios, sacar a un niño del hospital y ponerse a viajar ya que se requiere de un amplio dispositivo médico en todo momento”.

Y en efecto. Esa es la labor de la fundación Blas Méndez Ponce que fue constituida en el año 1997 con un único fin: ayudar a mejorar la calidad de vida de los niños oncológicos a través del ocio y del tiempo libre.

La fundación Blas Méndez Ponce

Lo que diferencia a esta asociación son las actividades extra hospitalarias que emprenden con los niños y jóvenes oncológicos. Es el fuerte del colectivo. Y así lo ha confesado la propia Trinidad Martín. Buscan la calidad de vida de los enfermos, que puedan acceder a un tipo de ocio que les es negado por los cuidados específicos que necesitan, logrando así, mayores cotas de bienestar en sus vidas y dar un gran paso hacia su integración social. Así pues, los beneficiados son niños y adolescentes en tratamiento oncológico o con enfermedades de difícil curación -que están recibiendo tratamiento- y sus familias. Para ello la fundación Blas Méndez Ponce lleva a cabo distintos programas socioeducativos,  asistenciales y de voluntariado