Comienza el primer fin de semana de agosto una actividad consolidada en el calendario lacianiego que busca promocionar la tradición y cultura mastinera. Una iniciativa que surge de la asociación de mastineros de nuestra comarca A.C.L.A.M.E de la mano de A.E.P.M.E (Asociación Española del Perro Mastín Español).
Dicha exposición no deja de ser un reconocimiento a la inconmensurable labor de los mastineros por mantener la continuidad de dicha raza, y por consiguiente la historia del mastín ligada a la trashumancia en la Edad Media. Baltasar Álvarez Rodríguez, presidente de A.C.L.A.M.E, incidía en esta cuestión y explicaba que “al final es lo que más defendemos, el mastín de trabajo, el que cuida del ganado en el campo. Que no está reñido con lo que este sábado veremos en el concurso. De hecho algunos de los que concursan bajan del monte expresamente a participar”.
Y es que desde los inicios de la asociación, los mastineros de Laciana, dejaron meridianamente clara su postura al respecto. Buscaban un mastín que realizara unos campeonatos magníficos, y al mismo tiempo, un animal funcional que sirviera para aliviar al ganadero contra los posibles ataques de osos o lobos en las brañas y montañas de la Reserva de la Biosfera de Laciana. Mario Rivas, alcalde del municipio, en la rueda de prensa de esta mañana hacía un llamamiento a todas las instituciones superiores solicitando que “debieran de implicarse más en ayudar y colaborar con el trabajo de estos criadores, puesto que el mastín es una solución útil al problema de los ataques de alimañas“.
Con respecto a la programación del día, José Manuel Moncó recordaba que los anteriores años habían tenido bastantes ejemplares (más de 100), y por ese motivo habían decidido partir el concurso en dos: la mañana (10:00h a 14:00h) y por la tarde (15:30 a 18:30/19:00). Explicaba que este año el juez será Don Juan Carlos López González, criador desde hace muchos años del que indicaba “va a ser un trabajo arduo por la cantidad de perros, pero estamos convencidos de que lo va a realizar con total solvencia”.
“Va mucho más allá de las exposiciones” seguían puntualizando. No se puede hablar en ninguna parte del mundo del mastín sin hacer una referencia clara a los mastines de Laciana y a sus criadores que forman parte por antonomasia de esta raza. Al final es reconocer ese estrecho vínculo del mastín leonés con nuestra historia, y su enorme contribución a la productividad ganadera.
El mastín leonés
Los ganaderos -de diversas partes del mundo- desde tiempos inmemorables utilizaban los perros como animales de guarda que protegieran los rebaños del ataque de depredadores salvajes. Muchos años han pasado, muchas especies y por consiguiente diferentes morfologías. Sin embargo, y pese a existir numerosas voces que aseguran los “verdaderos orígenes” del mastín, bien es cierto que la raza ha perdurado en aquellas regiones ligadas tradicionalmente al fenómeno ganadero de la trashumancia, más concretamente en los espacios geográficos de los montes, brañas y puertos astur-leoneses y cántabros y extremeños.
Debido a la abundancia de osos y lobos en la orografía de la región, cada rebaño era -y sigue siendo- acompañado de varios mastines que avisan con sus ladridos y además defienden al ganado de los grandes depredadores, para ello se les ayuda, colocando en su cuello las famosas “carrancas” que protegen su parte más débil evitando que las fieras lo muerdan.
Ya en el “Honrado Concejo de la Mesta de Pastores” (creado en 1273 por Alfonso X el Sabio), donde estaban reunidos los pastores leoneses pero también los castellanos, aparece la mención al mastín como uno de los bienes más preciados. Tan protegido y velado que “el hurto de un mastín se multaba con cinco ovejas y era obligatorio devolver todo mastín extraviado siendo ilegal su posesión.”