Un año en positivo

Laciana Digital, el periódico de los lacianiegos -así lo demuestran los certificados de audiencias-, se ha adelantado a realizar un somero informe sobre el año actual de legislatura a punto de cumplirse. El balance no puede ser más positivo. Sin entregarnos a loas fáciles, sin renunciar a nuestra independencia informativa, somos notarios de la actualidad. Contamos lo que vemos, lo que nos dicen y lo que pensamos.

El actual alcalde Mario Rivas, heredó un Partido Socialista roto, y un ayuntamiento en ruina o quiebra total. Después de pasar cuatro años prácticamente con las manos atadas y siendo capaz de dialogar para poder gobernar en mayoría minoritaria, se comienzan a ver los resultados de ese esfuerzo. El primero, el liderazgo. Su presidencia de ACOM, sus ascensos en el organigrama del PSOE regional y provincial, y su mayoría absoluta han hecho de este joven el adalid por antonomasia de la capital lacianiega. Y eso, obvio, levanta ampollas hasta en su propio partido donde ven una figura al alza y ya sabemos que España sufre el pecado de la envidia como el mayor de todos.

El equipo del alcalde no está completo, hay algunas lagunas que fallan, pero en general hay que reconocer que trabajo se realiza para ver realidades como el primer parque de bomberos comarcal, los avances en la Reserva de la Biosfera, el Aula del Urogallo, la apertura de una oficina del ADE para emprendedores…Realizaciones que no son sino antesala de otras muchas que parece han de venir en los cuatro años restantes.

El Ponfeblino es una quimera hoy por hoy. Pero de lograrse, en temporada alta tendríamos a cientos de turistas llegados en él con un tiempo para visitar la Mina en Vivo, degustar nuestra gastronomía o realizar otras tareas lúdicas más. Pero no de turismo y ocio se puede aspirar como bálsamo de fierabrás para la castigada zona. Se ha reducido el déficil municipal. Y en cartera hay proyectos en marcha.

El lunar, y bien grande, ha sido la no consecución de la fábrica de cerámica. Un engaño empresarial que se evidenció cuando la propia empresa no puso en marcha el proyecto que contaba con el visto bueno de la Junta. Lo mismo están haciendo en otra localidad leonesa. Al tiempo.

La oposición, en su papel, debe seguir fiscalizando y vigilando que Villablino no vuelva a caer en las miserias políticas que llegó a sufrir. En definitiva, un año interesante.

El editor