PREMIOS MUJER 2024

Sosas de Laciana… ¡es la leche!

La pedanía lacianiega celebró la sexta edición de la fiesta de la manteiga con la que rememora su pasado

Durante un día, y como en los últimos seis años, Sosas de Laciana celebró la fiesta de la manteiga, una jornada en la que este pueblo lacianiego rememora su pasado. Y es que en la pedanía aún pervive -ahora convertida en museo- la única lechería hidráulica del país: ‘La Popular’. En torno a ella giró parte de la celebración ya que no faltaron las visitas a esta lechería que en su interior salvaguarda los elementos necesarios para la fabricación de la mantequilla: la malaser, la feridera, o la desnatadora. Tampoco faltó, como no podía ser de otra manera, la habitual degustación de la recha untada con manteiga -donada por la cafetería Nagasaki- aunque también hubo jamón.

Pero la fiesta fue mucho más porque el mercado artesanal inundó las calles de la pedanía. Hubo también juegos autóctonos y talleres para todos los gustos: de costura a cargo de ‘Tsabores Esmeneiradas’ y de apicultura con ‘De osos y colmenas’. La música la puso el tercer encuentro de panderetas que sonaron al unísono al final de la tarde para concluir la jornada, que empezaba con el pregón del empresario lacianiego Abel Díaz -restaurante ‘El Campillo’– con una gran paella -La Chacinera-, pinchos variados a cargo de la Junta Vecinal y baile con Diego y su acordeón.

Algunas de las imágenes que deja el día
Las visitas a la lechería ‘La Popular’ centraron parte de la celebración

Lechería ‘La Popular’

Es la única lechería hidráulica que existe en España. Fue en el año 2014, después de 46 años sin actividad, cuando la Junta Vecinal, en colaboración con los vecinos, la pone en funcionamiento como museo. ‘La Popular’ se puso en marcha en el año 1920 y estuvo activa hasta 1968. Se formó una cooperativa donde los vecinos entregaban la leche para transformarla en mantequilla. Esta mantequilla proporcionaba interesantes beneficios a los brañeros asociados en función de la cantidad y la calidad de la leche aportada por cada uno. Durante la primavera y el verano se producían, diariamente, 30 o 40 kilos de mantequilla fresca que luego se vendía a Villager. Desde aquí se distribuía por la provincia y llegaba hasta los establecimientos más selectos de Madrid donde era muy apreciada para la pastelería fina.

La energía necesaria para mover la maquinaría de la lechería de Sosas procedía del agua. Un puerto, hoy desaparecido, la derivaba desde el río hacia una presa o canal por donde se dejaba caer con fuerza sobre el rodezno -rueda hidráulica que accionaba el resto de los aparatos mediante poleas y correas-. La lechería incorporó así ingenios hidráulicos en un proceso a medio camino entre lo artesanal y lo industrial.

 

 

 

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