PREMIOS MUJER 2024

Remedios Fernández, de Sevilla a las montañas de Laciana: resiliencia, lucha y emprendimiento

Según palabras de Remedios "hay que afrontar las cosas con endereza y tirar hacia delante". Una consigna que repite en numerosas ocasiones por las alegrías que recogió en sus viajes lozanos
Remedios Fernández. / LD

El Ayuntamiento de Villablino, ha propuesto a Remedios Fernández Pino para los Premios Mujer 2024, organizados por El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres de la zona del Bierzo y Laciana.
El consistorio cree firmemente que Remedios representa la suma de los valores necesarios para otorgarle este galardón, pues ha apostado firmemente por invertir en Laciana, demostrando que el Valle puede albergar la apuesta emprendedora de una manera innovadora, contribuyendo a la ocupación de varias personas bajo los principios de las buenas prácticas.
Desde la Concejalía, destacan que “la mujer siempre ha sido parte clave del crecimiento económico de Laciana, formando parte eminente y mayoritaria del tejido empresarial actual que sigue viendo este municipio como una gran oportunidad.”

Y es que, Remedios Fernández podría encarnar a la perfección la figura de Atenea. Diosa de la sabiduría, la guerra y los oficios. Atenea era, quizás, la más sabia, la más valiente, y desde luego la más ingeniosa de los dioses del Olimpo. Una verdadera batalladora de las causas perdidas, que demuestra con los hechos más que con las palabras.

Al igual que Atenea, Remedios acaba mostrando a todas las personas que esas “causas perdidas”, en numerosas ocasiones no están tan “perdidas”. Hay que batallarlas, hay que perseguirlas y como todo en la vida acaba, como decimos en Laciana, “repucheciendo”.

Un ejemplo de superación, dignidad e integridad. Según palabras de Remedios “hay que afrontar las cosas con endereza y tirar hacia delante”. Una consigna que repite en numerosas ocasiones por las alegrías que recogió en sus viajes lozanos pero también por algunos duelos que la vida arremete como si fueran auténticos tifones. Sin embargo, a pesar de todas las vicisitudes afirma que “no me gusta afligirme o estar en una constate negativa” porque “no es la forma correcta de sanar ni de superar”.

Remedios Fernández. / LD

¿Has nacido en Villablino?

No, yo nací en Sevilla. En una familia de siete hermanos. Y mi madre tenía un negocio, tenía una tienda de ultramarinos. Y yo me crié viendo eso. Una mamá que era una pequeña empresaria. Y de ahí, pienso, es donde heredé esa genética de hacer algo. 

¿Y como has terminado en una comarca minera, en el valle de Laciana? 

Siempre me gustó conocer diversos lugares y quería ser independiente. Con 18 años me independicé. Al principio estuve en Sevilla en un piso de alquiler, trabajando y estudiando al mismo tiempo como promotora de aditivos para las gasolineras, cuidando niños, en definitiva me buscaba la vida. Y en esa búsqueda, fue cuando decidí cogerme la mochila y conocer España. Y a la vez que conocía los sitios que me llamaban la atención como Asturias o León; trabajaba para poder pagarme los hoteles. Y cuando llegué aquí quedé prendada de las montañas. Prefiero mil veces la montaña al mar. Y aquí comprendí muchas cosas dentro de la filosofía de la gente de aquí. Yo hice toda mi vida en Laciana, yo soy sevillana, pero también soy lacianiega, y muy orgullosa de serlo.

¿A que te refieres? ¿Qué es los que has comprendido exactamente de la gente de aquí?

Pues la gente, la minería, el pueblo. Después de conocer a mi marido, vi que eran gentes muy educadas, inteligentes, preparadas. Entendí toda la forma de vida. Había un machismo muy interiorizado fruto de las dinámicas de la época, pero desde muy joven siempre he sido una mujer muy fuerte, siempre lo he sido, tengo bastante carácter. Me cuidé mucho, siempre me he rodeado de gente interesante que me aportaba. Yo cuando salí de Sevilla, lo hice sola. Y pensaba constantemente, si mis hermanas estuvieran aquí y vieran lo que yo estoy viendo… Ellas no tenían esa mentalidad, era una mentalidad de casarse muy jóvenes. De salir de casa de papá y mamá para ir con otro señor que es tu marido. No tenían esas inquietudes. Nunca me gustó que las mujeres se casaran tan jóvenes. 

¿Con cuántos años viniste a Villablino?

Vine con veinte años aproximadamente. A los 22 años me casé y a los 23 años tuve mi primer hijo. Y estuve trabajando en los inicios como camarera, y con el paso de un año o dos, terminé de examinarme para sacar la titulación de auxiliar de enfermería y me especialicé como técnico especialista en fisioterapia deportiva. Empecé a trabajar en un clínica en Villablino. 

¿Y qué has estudiado? ¿En qué has trabajado?

Cuando era más joven estudié puericultura, y más tarde estudié auxiliar de enfermería. En cuanto al trabajo, siempre te encuentras dificultades. Pero reconozco que he tenido suerte en encontrar trabajo y buscarme la vida. Yo he viajado a donde me ha dado la gana y siempre he encontrado trabajo. Desde una pescadería, ayudante de camarero, cuidando niños e incluso en hoteles. Aunque no supiera, yo aprendía rápido. Era espabilada en ese sentido. 

Remedios Fernández. / LD

¿Entonces cuándo abriste el negocio?

Antes de abrir este negocio, trabajé en una clínica de Villablino. Sin embargo, antes de abrirlo tuve un cáncer, concretamente tuve linfoma de Hodgkin justo cuando empezó a enfermar mi marido, mientras trabajaba en la clínica. Una vez me sentía un poco mejor, solicité el alta voluntaria para incorporarme al trabajo. Me dieron quimio y radio mientras trabajaba en la clínica, por las tardes iba a León a radioterapia. Fueron momentos muy duros. La hematóloga que me llevaba el tema, y me sigue llevando porque aún no me ha dado la baja clínica, me dijo que estaba muy mal y tuve que firmar un tratamiento experimental y agresivo. Seguí adelante, me quedé en los huesos pero seguía tirando del carro. Cuando estaba recuperando, enfermó mi marido y terminó en un final trágico con su muerte. 

Entiendo que ha podido resultar complejo ver algo positivo en todo esto ¿Cómo superaste esta etapa?

Yo lo que tenía claro es que no podía quedarme quieta. Y me planteé que iba a hacer con dos hijos a cargo mío. La clínica ya no se trabajaba como antes, la minería se estaba apagando y terminé en un geriátrico en Caboalles. Me di cuenta que no quería eso, tenía unos ahorros, así que en 2015 abrí esta idea de negocio pero en otro local. Mandando publicidad por todas partes, folletos y entrevistas en la radio. Confíe mucho en mí, estaba muy segura de mi trabajo. En mi etapa en la clínica, había gente que pedía específicamente que los tratara yo, decían que tenía “ojos en los dedos”. Entonces eso me animaba a montármelo por mi cuenta. Pero trabajé muchísimo. Hice muchas horas en ese local, que me permitió ahorrar mucho más. Y con ese dinero, compré el actual local. No obstante, en 2015 volví a recaer, me quitaron los dos pechos y volví a pasar una mala racha durante dos años más. Con una dieta estricta, y con las defensas bajas por la enfermedad. 

En la vida te pasan cosas pero hay que tirar hacia delante y decir pues yo voy a poder más que esa enfermedad que me ha venido y las ganas de pensar en tus hijos, de sobrevivir para cuidarlos y no dejarlos solos.

Remedios Fernández. / LD

¿Pero al final adquiriste este local y el bar no?

Pues sí. Me lo pensé y dije ¿por qué no? Me gané un dinero con el alquiler del bar. Sin embargo, me dio más quebraderos de cabeza alquilarlo, así que decidí llevarlo yo misma. Lo restauré, cambié todo el cableado. Y desde hace tres años y algo, ahí luchando. La gente que tengo contratada por supuesto, trabajan las horas contratadas de manera legal ganando según convenio. La categoría no es de “ayudante de camarero”, sino de “camarero”, por tanto ganan más y cotizan más. 

¿Que facilidades te ha dado vivir en un pueblo?

Yo de pequeña no tenía la libertad que tenían aquí mis hijos. Lo tienes todo cerca. Si quieres ir al hospital, está a una hora, si quieres ir a la playa, tienes Gijón ahí al lado. Fíjate que hay mineros que se han jubilado y se han ido para las ciudades. Yo esto no lo entendía, pues en los pueblos hay actividad y una calidad de vida que no te la encuentras en las grandes urbes. No obstante debería de haber más cursos de FP, grado medio o superior para que los jóvenes puedan quedar aquí. En la actualidad se hacen cosas, pero no son suficientes.

¿Qué mensaje le darías a todas esas personas que quieran emprender o retornar a las zonas rurales?

Pues hay que arriesgar, en cuanto al emprendimiento los primeros años no vas a ganar dinero. Hay que ser realista, hay mucho sacrifico detrás de todo logro. No obstante hay que tratar de hacer las cosas bien, y de ser optimista. Afrontar las cosas con firmeza y asumiendo que al principio tienes que hacer una inversión, y ajustar las ambiciones según tus capacidades económicas. Hay que ser como una hormiguita. Ser muy perseverante, ser ambicioso pero realista. 

Remedios Fernández. / LD
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