Aplazar sine die la segunda reunión de la Mesa por el futuro de León, prevista para el pasado 3 de abril en Ponferrada, ha sido un error estratégico. Se podía y debía haber celebrado por vía telemática. El motivo de la suspensión ha sido la prioridad sanitaria en la lucha contra el coronavirus. Sí, esa es la prioridad, pero cada uno en su trabajo y responsabilidad. Apoyemos a los sanitarios, presionemos para que tengan medios técnicos y humanos y demostremos nuestra solidaridad con aplausos. Y cumplamos con nuestra obligación de quedarnos en casa para minimizar los riesgos de contagio y no colapsar los centros sanitarios.
A los políticos se les exigen soluciones, primero, a nivel sanitario; después, a nivel económico. La pandemia ha provocado una catástrofe económica, cuya solución necesita políticos que ya, en este momento, diseñen el futuro inmediato porque de ésta vamos a salir más temprano que tarde. El pasado sábado lo dejaba bien claro el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su ya tradicional alocución semanal al país, al anunciar que había formado un equipo de técnicos para elaborar un plan de recuperación de la actividad económica y social, al mismo tiempo que se contiene la pandemia. Es decir, ya hay un equipo de personas que están planificando a nivel nacional las medidas de reconstrucción económica. Sánchez apuntó su apuesta por una versión de los Pactos de La Moncloa para consensuar el plan de reconstrucción.
En León, ese equipo de reconstrucción económica debería ser la Mesa por el futuro de León. Está bien, por ejemplo, que el presidente de la Diputación, el socialista Eduardo Morán, diga en un comunicado que se pone el frente de la coordinación de las labores de desinfección que los equipos técnicos provinciales realizan por los pueblos; pero mejor sería que al frente de esa coordinación meramente técnica estuviese un profesional de la casa y que él se dedicase a labores más propias de su responsabilidad, como la coordinación de un plan de reconstrucción económica de la provincia. Un plan que debería ser prioridad de la Mesa por el futuro de León, porque va a ser necesaria mucha coordinación entre Gobierno, Junta, Diputación, grandes ayuntamientos, empresas y sindicatos. Y se da el caso que todas esas partes están ya representadas en la Mesa.
Sindicatos y patronales están desbordados y superados por la avalancha de ERTEs y el despido masivo de trabajadores. Gobierno y comunidades autónomas rivalizan en anunciar medidas de todo tipo sin mucha coordinación, a pesar del decreto del Mando Único. Y en todas partes sobra propaganda y publicidad y falta información veraz y transparencia. Ojalá que la libertad de expresión no sea una de las damnificadas de esta crisis. Ya veremos.
Ante esta situación, solo la puesta en marcha de la Mesa por el futuro de León puede garantizar la coordinación a la hora de tomar medidas de calado y de futuro. Y para eso es imprescindible la elección de ese anunciado técnico profesional y apolítico que dirija la agencia ejecutiva de la Mesa. Una elección que no se debería demorar un día más. Ese plan de reconstrucción de la economía provincial debería ser su primer objetivo.
Un plan que debe identificar las oportunidades que toda crisis genera y que en el caso de León están bastante claras. Hay que partir del hecho de que nada será igual que antes de la crisis. Y que descubrimientos como el teletrabajo o las comunicaciones vía telemática suponen oportunidades para sectores clave de la economía leonesa como la ciberseguridad, la informática y la tecnología 3D. Sin olvidar un potente sector primario, ahora redescubierto y que debe enfocarse desde la sostenibilidad; o el sector de las residencias de personas mayores, que habrá que reinventar, desde un punto de mayor seguridad sanitaria y asistencial. O el potente sector fármaco/químico/veterinario, al que se le abre un futuro esperanzador. Por no hablar de la puesta en valor de un turismo de más alta calidad basado en el patrimonio y los recursos naturales y ambientales.
En fin, alguien en León -capacitado para hacer dos cosas al mismo tiempo- debería estar ya sentado en la mesa de pensar para planificar la reconstrucción económica de la provincia y no ir, como siempre, al rebufo de los demás.