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Es uno de los dramas a los que se enfrentan las áreas rurales: el cierre de las escuelas por falta de alumnos. Es el caso de Orallo que, previsiblemente, en el cercano curso escolar 2019/2020 verá cómo el colegio de la pedanía, adscrito al Centro Rural Agrupado de Villager de Laciana, no abrirá sus puertas ya que parece ser que tan solo habría dos plazas ocupadas cuando la Junta de Castilla y León establece un mínimo de cuatro niños por unidad educativa -en el caso de centros ubicados en el medio rural-. La administración autonómica, por su parte, ha informado a este medio de comunicación de que se ha abierto un plazo de matriculación extraordinario -hasta principios del mes de septiembre- por si se produjeran nuevas matrículas.
Aún así, todo apunta a que la escuela de Orallo, que lleva en funcionamiento desde hace más de un siglo, cerrará. Es una información que ha sido confirmada por el alcalde pedáneo de la localidad lacianiega Jesús González -Unidas Podemos- quien ha advertido que desde la Junta Vecinal ya se encuentran inmersos en las pertinentes gestiones “para recuperar el edificio, que es del pueblo” con el fin de poder dotar al inmueble “de otro tipo de usos”. A la vez el pedáneo lamenta profundamente el cierre del colegio porque “es una consecuencia del grave problema al que nos enfrentamos que es la despoblación. Se van perdiendo servicios y los pueblos se quedan vacíos”.
Exactamente en la misma línea se ha pronunciado el alcalde socialista de Villablino, Mario Rivas quien ha señalado que el Ayuntamiento aún no ha recibido comunicación oficial por parte de la Junta de Castilla y León sobre el cierre de la unidad educativa de Orallo si bien es cierto el regidor considera que es de vital importancia “mantener los servicios en los pequeños pueblos”. En este sentido ha incidido en que ha de ser la administración autonómica la que “ha de tomar la iniciativa para revitalizar las pequeñas áreas rurales y que no se siga perdiendo población” porque este tipo de decisiones “perjudican a todos los que todavía quieren vivir en los pueblos”.
La escuela de Orallo
El edificio, de piedra, se sitúa en la plaza del pueblo. En su fachada puede leerse, en un gran cartel impreso sobre cerámica vidriada, un escrito que evoca su construcción: “Edificada en memoria de Secundino Gómez para contribuir a los fines la Liga de Amigos de la Escuela de Laciana a expensas de Octavio A. Carballo con la cooperación de este pueblo. 1914”
La explicación de tal escrito es sencilla. En 1912 once burgueses ilustrados de la comarca fundaron la denominada Liga de Amigos de la Escuela de Laciana que en aquella época hizo posible la construcción de nueve colegios a lo largo y ancho del municipio. Entre ellos el de Orallo, cuya obra fue promovida en 1914 por esta institución y fue costeada con la colaboración de todos los vecinos y de Octavio Álvarez Carballo y Prieto, poderoso terrateniente, inversor y político de gran autoridad en el valle. El edificio se construyó en memoria de Secundino Gómez, tío de Álvarez Carballo y natural de Orallo. Importante es también recordar que el edificio fue obra del arquitecto logroñés Amós Salvador y Carreras.
Por las aulas de esta escuela centenaria han pasado cientos y cientos de alumnos. Cuentan los vecinos que en épocas boyantes hasta setenta escolares. En definitiva, más de un siglo de historia que este año se cierra.
