PREMIOS MUJER 2024

Nunca es tarde para aprender,… si la dicha es buena

Curioso ejemplo del afán por saber.

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Después de casi toda una vida dedicada a la difusión del conocimiento, tengo que manifestar que ello tiene su cara y su cruz o si se quiere, sus luces y sus sombras. En más de una ocasión y sobre todo ahora que estoy haciendo un balance general de muchos años, he pensado que quizá es más rentable e incluso gratificante dedicarse a plantar lechugas que a difundir el conocimiento. En cualquier caso, supongo que serán muy pocos los que discutan, que esto de difundir el conocimiento es una buena labor y que es digno de alabanza, el hecho de que haya personas que pese a su avanzada edad quieran seguir aprendiendo. Este es el caso, por ejemplo, de un buen amigo mío llamado Nicanor Blanco Omaña, nacido en el año 1940 en el pequeño pueblo de San Feliz de las Lavanderas. Escribo este artículo porque se lo prometí y porque me parece un ejemplo digno de admiración, pues en esta sociedad y por mucho que se diga que se aprecia la cultura; la triste realidad es que hay otros asuntos que interesan muchos más, como el dinero, la política,…o incluso el fútbol.

Nicanor fue minero en El Bierzo y en otras minas de la provincia de León y también taxista en León capital y en la ciudad de Madrid. Ahora una vez ya jubilado reside en su pueblo natal y a sus 81 años cumplidos, muestra un afán por aprender que ya me gustaría a mí que lo tuviesen muchos de los estudiantes que van a las aulas, más a tratar de divertirse que a tratar de aprender. Ese afán por el conocimiento le llevó a escribir en un libro en el que cuenta su vida y otras muchas historias más que juzgó de interés. También a realizar de forma totalmente altruista, un reloj de sol en su pueblo en un espacio público ubicado a la entrada del mismo. Esta fue la circunstancia que a mí me llevó a conocer a Nicanor y de paso a dialogar con él sobre una serie de conceptos, que estoy seguro resultan desconocidos para muchas personas y también ha conocer algunos datos que yo desconocía. Nunca se acaba de aprender.

La construcción de un reloj de sol da pie a tener que moverse en amplios campos del conocimiento todos relacionados con la astronomía, las matemáticas, la geodesia y áreas afines. Así pues, la construcción de este reloj de sol en San Feliz de las Lavanderas me sirve de excusa, para escribir sobre conceptos que muchas personas desconocen por completo. El primero de ellos es el hecho de que el norte que señala una brújula  en general no coincide con el Norte Geográfico. Hay una diferencia entre ambos llamada declinación magnética. Para construir un reloj de sol es imprescindible saber cual es la dirección Norte-Sur en el punto de ubicación del reloj. Una brújula suele ser el instrumento en el que primero se piensa para hallar el norte, pero hay que tener en cuenta el valor de la declinación magnética.

Por otra parte en la actualidad y a través de la Red (SIGPAC, imágenes “Google”, SEC;…), es posible obtener imágenes muy nítidas del terreno con las que se puede trabajar de un modo similar, al que siempre se ha hecho con mapas y planos de papel. Gracias pues a estos modernos métodos de información y a unas medidas tomadas sobre el terreno en enero de 2021 utilizando un teodolito, se logró determinar la orientación exacta de la roca en la que se construiría el reloj. Como  el plano en el que se debería hacer el cuadrante solar (reloj de sol) no estaba orientado exactamente en dirección Este-Oeste el cálculo de las líneas horarias hubo que revisarlo.

Se informo de este asunto a Luis E. Vadillo Sacristán, un gran experto en relojes de sol que forma parte de la Asociación de Amigos de los Relojes de Sol (tiene su sede en Madrid) y a consecuencia de esto surgió un punto de digamos discusión  y análisis en lo referente al diseño y colocación del gnomon.  Un  reloj de sol  ubicado en una pared que no esté orientada en dirección Este-Oeste, entraña una serie de dificultades, que sólo los expertos en este tema conocen. No obstante se estudió este tema y se colocó el gnomon (el objeto que da la sombra) correctamente. Así pude yo enterarme de lo que se llama la subestilar, un concepto que para mi gran sorpresa desconocía hasta ahora por completo.

Era asimismo importante saber si el reloj funcionaba correctamente o no. Como un reloj de sol convencional da siempre la hora solar y esta por norma general jamás coincide con la hora oficial al menos en España y como además las diferencias entra ambas varían a lo largo del año, se optó por comprobar durante varios días lo que sucedía. Para ello Nicanor observaba la hora que facilitaba el reloj de sol y me indicaba a mi por teléfono lo que veía. Yo contrastaba ese dato con la diferencia que  día tras día hay entre hora oficial y hora solar y de este modo se pudo comprobar en fechas muy diversas que funcionaba correctamente. Las diferencias entre hora solar y hora oficial en cualquier instante del año se pueden conocer, con mucho rigor.

Otra de las consecuencias que tuvo la construcción de este reloj de sol; fue que tras hablar con Luis E. Vadillo Sacristán, este me informo de que actualmente el norte geográfico y el magnético, prácticamente coinciden Entiendo que medidas sus direcciones desde España. Cuando hace algunas décadas yo trabaja en la minería leonesa del carbón; siempre tenía en cuenta que había una diferencia entre ambos nortes medidos en  las minas en las que yo realizaba labores de topografía. Acabo de mirar un plano reciente del Instituto Geográfico Nacional y acabo de descubrir , que ¡¡ es cierto lo que me dijo Luis¡¡. Un detalle que yo ignoraba, ya que desde hace años me he despreocupado de este tema. Las minas de carbón hoy son sólo un recuerdo.

En una palabra que debido al afán de Nicanor por aprender hubo que analizar una serie de cuestiones referentes a la astronomía, la topografía, la geodesia, las matemáticas,… Si se expusiera en detalle toda la labor técnica que fue preciso realizar se podrían escribir varios artículos como este. No obstante al personal lo que le interesa es el digamos factor humano de todo esto, sin entrar en explicaciones técnicas que suelen resultar aburridas para casi todo el mundo. Esto es lo que he tratado de reflejar en este artículo.

Otro tema es hasta que punto la cultura y el conocimiento o el afán de saber por saber, interesan a la sociedad. Aquí yo tengo ciertas dudas. Por ello puntualicé en el título del artículo lo de la “si la dicha es buena”. Me temo que el público en general se preocupa más por lo goles de un cierto equipo de fútbol, por ejemplo, que por saber lo que es la declinación magnética.

Bembibre, 6 de abril de 2021

Rogelio Meléndez Tercero

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