La periodista y escritora leonesa, natural de Santa Lucia de Gordón, con su último libro: ‘Hijos del carbón’ ha obtenido un rotundo éxito y mucho eco por parte de los lectores.
Noemí Sabugal, ha obtenido el Premio de Periodismo de Castilla y León Francisco de Cossio, por el reportaje ‘De cruce de caminos a cruce de culturas’, sobre la inmigración en el barrio leonés del Crucero.
En ‘Hijos del carbón’, se basa en sus recuerdos familiares como hija y nieta de mineros para contar la vida en las cuencas mineras. Hoy, hemos entrevistado en profundidad y con voz propia a Noemí Sabugal para hablar sobre su trayectoria de escritora y otros temas de actualidad y opinión.
¿”‘Hijos del carbón’ ha sido el libro que más éxito ha tenido en tu trayectoria de escritora?
Tengo cariño por todos mis libros, porque he trabajado mucho en ellos y los he intentado escribir lo mejor posible. Pero sí, Hijos del carbón es el que ha obtenido una respuesta más amplia. Muchos lectores se han interesado por el libro, lo que hace que ya vaya por su quinta edición. Que el libro sea leído es la mayor de las alegrías y el mejor de los premios. También estoy muy contenta con la respuesta por parte de la crítica.
¿Qué ha significado para Noemí Sabugal ser hija de minero?
Muchas cosas que intento contar en el libro y en las que, espero, se vean reflejadas las personas que han nacido o crecido en una cuenca minera. Sin esa circunstancia personal el libro sería muy distinto. O ni siquiera existiría.
¿Siente nostalgia de que la minería leonesa está prácticamente desaparecida?
Intento huir del sentimiento de la nostalgia porque tiene una parte paralizante, pero sí creo que son importantes los recuerdos. La memoria es parte de lo que somos. En el libro cito unas palabras de Novalis que dicen que “todo recuerdo es el presente”. Claro que me apena la situación de las cuencas mineras pero estoy segura de que seguirán haciendo su historia de otra manera.
Noemí, siempre he pensado que los mineros están hechos de “otra pasta”, ¿compartes tú también está opinión?
Sería mejor que lo dijeran ellos, pero es cierto que se trata de un trabajo que va más allá de lo laboral e impregna la identidad. La dureza del trabajo y su relación con la muerte y con la enfermedad es lo que ha dado la fiereza característica a sus reclamaciones laborales y a su espíritu de lucha. Es algo sentido de forma colectiva y que tiene una buena parte de épica, pero se trata de historias de seres humanos, con sus virtudes y sus defectos, como tenemos todos.
¿Qué te parece la nómina de escritores leoneses?
Extraordinaria. Y no diría que es una opinión. Tenemos un Premio Cervantes como es Gamoneda y además de los grandes nombres que todos conocemos, hay toda una serie de nuevos autores muy interesantes.
¿La despoblación en las zonas mineras es una realidad?
Sí, igual que en otros pueblos. Lo que ocurre con las cuencas mineras es que la despoblación ha llegado más tarde y ha sido más acusada porque fueron lugares que triplicaron o cuadruplicaron su población en unas décadas. En La España vacía, Sergio del Molino hablaba del Gran Trauma, sobre los años sesenta, cuando la población de las zonas rurales se iba masivamente a la ciudad. Las cuencas mineras, sin embargo, seguían sumando población porque había trabajo. Ahora ya no lo hay igual y mucha gente debe irse para conseguirlo.
Habla de Ciñera, el pueblo leonés creado para la mina en el que las casas, la piscina, el colegio, el cine y hasta el equipo de fútbol es propiedad de la empresa minera. ¿Es el paradigma de la vida articulada alrededor del carbón?
Sí, ocurría parecido en la cuenca de Sabero y en las cuencas del Bierzo y Laciana, con las grandes empresas que influían en muchos aspectos de la vida cotidiana. Para mí esto era algo habitual pero, en las presentaciones del libro en lugares que no son cuencas mineras, he visto que es de las circunstancias más desconocidas y que más sorprenden.
El libro ‘Hijos del carbón’ transita por las diferentes cuencas de España. ¿Cómo se ve desde dentro la vida desde las distintas tierras mineras?
Las cuencas mineras tienen unas características muy parecidas y por lo tanto sus problemas también se parecen. En aquellas que podríamos definir como cuencas mineras históricas, en las que el trabajo en las minas ha ocupado prácticamente dos siglos, como las asturianas, las leonesas y palentinas, las barcelonesas, cordobesas y sevillanas y las aragonesas, lo que ha ocurrido es que la falta de diversificación económica está haciendo complicado ofrecer empleo a su población y fijarla al territorio.
¿Cuál será el próximo libro de Noemí Sabugal?
No me gusta demasiado hablar de los libros en marcha, pero el próximo tardará un tiempo todavía. Ojalá los lectores estén ahí esperando.
La minería entró en la UCI, y su estado es de coma irreversible, los pueblos también, debido a que todo giró entorno a una empresa y una única actividad, la diversificación sólo es un mito.