Facebook
Instagram
YouTube
Fue el pasado mes de diciembre cuando se produjo el apadrinamiento simbólico entre “padrinos” y “ahijados”. A cada alumno, de 6º de Primaria, del colegio San Miguel de Villablino, se le adjudicó un padrino residente en el centro sociosanitario “Valle de Laciana”.
De esta forma niños y mayores participaron juntos en un taller de adornos navideños; ocasión en la que los más pequeños, además, visitaron las instalaciones del sociosanitario de la mano de unos guías de excepción: los propios residentes.
El segundo encuentro ha tenido lugar durante esta semana. Los alumnos se acercaron al centro para realizar con sus padrinos un taller de repostería. 
La iniciativa, emprendida desde el departamento de terapia ocupacional del centro sociosanitario, se completa con el envío de correspondencia entre los mayores y los niños durante todo el curso.
En el mes de junio se realizará el tercer encuentro, en el que se pretende, que sean los residentes del centro Socio-Sanitario, los que visiten a sus ahijados en el colegio.
El proyecto, tal y como ha señalado la psicóloga del centro, Beatriz Ramón, ha superado todas las expectativas. “Surgió de forma espontánea y el vínculo entre los residentes y los niños se ha afianzado tanto que los alumnos visitan a los mayores fuera de los encuentros programados”.
La iniciativa ya se ha puesto en marcha también con los niños del colegio Generación del 27 de Villablino.
