Europa afronta con honda preocupación el último gesto del presidente estadounidense, desvinculándose de los acuerdos adoptados en la Cumbre de París, auto-otorgándose barra libre para contaminar sin controles, sin sometimiento a los compromisos ya adquiridos. La decisión es sin duda preocupante, pero si observamos algunas de las decisiones que adoptan determinados países europeos, éstos no gozan de una gran legitimidad para criticar la decisión del peligroso líder americano. Y un ejemplo de ello lo encontramos en nuestro país.
En España, en el año 2006 se creó la Fundación Ciudad de la Energía- CIUDEN, un guiño del presidente Zapatero a su tierra, pero con unas enormes posibilidades de desarrollo tecnológico para limitar las emisiones contaminantes de nuestro sector industrial. Sus fines fundacionales consistían en promover la investigación y el desarrollo tecnológico en materia energética, potenciar los estudios ambientales relacionados con la energía y desarrollar y aplicar técnicas de recuperación medioambiental, potenciar vías para la formación de investigadores y técnicos en materia energética, creación, desarrollo y posterior gestión del Museo Nacional de la Energía y el desarrollo social y económico de la Comarca del Bierzo.
Ciuden pretende convertir sus instalaciones en un complejo integral para el desarrollo y demostración a escala pre-comercial de las tecnologías más novedosas de captura de CO2 (-técnicas de 2ªgeneración, complementarias a la oxicombustión), utilizando sus calderas de lecho fluido circulante y carbón pulverizado, alimentadas con mezclas de carbón y transformados de biomasa residual agrícola-forestal y acopladas a un sistema de generación eléctrica con almacenamiento de energía, así como el posterior transporte del CO2 (en principio por carretera) y almacenarlo en una estructura geológica y perfectamente identificada y monitorizada.
El escalado industrial de estas tecnologías se podría realizar en todo tipo de industrias emisoras de CO2, no únicamente en centrales térmicas de carbón, y sería aplicable a instalaciones emisoras de nueva construcción o a las ya existentes.
A pesar de la envergadura del proyecto, los celos políticos han provocado que, con la llegada del Gobierno del PP, se ha ido abandonando paulatinamente el compromiso con este proyecto, la financiación de la propia CIUDEN (únicamente 102.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado en 2017), e incluso se ha acordado su disolución e integración en el IDAE.
La preocupación por el desarrollo de técnicas de captura no es exclusivo de la CIUDEN. En España se están realizando estudios tanto en la Universidad de Sevilla como en la de Zaragoza como en la de Oviedo y en Institutos Tecnológicos tan importantes como el CIRCE y el INCAR. Estos estudios, si duda de gran interés, se realizan a una escala de laboratorio. La potencialidad de CIUDEN es que las técnicas que se desarrollen en sus instalaciones, por su dimensión cuasi-industrial, asegura el éxito de la aplicación de las mismas a niveles industriales. Es por ello que el abandono del proyecto es lo más parecido a un gran atentado contra el Medio Ambiente, contra el I+D+I y contra el futuro de las próximas generaciones.
Quiero pensar que aún se está tiempo de retomar el compromiso con el proyecto. Si se toman las decisiones con criterios economicistas y cortoplacistas, se estará haciendo un daño gigantesco a la Comarca del Bierzo, a la provincia de León, al país y al mundo en su conjunto, desaprovechando la posición de privilegio en la que nos había colocado la Fundación Ciuden y el trabajo y compromiso de los profesionales altísimamente cualificados que allí han trabajado, a quienes les gustaría poder seguir haciéndolo.
Olegario Ramón Fernández
Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Ponferrada