PREMIOS MUJER 2024

Manuel Pérez Álvarez

Manuel Pérez Álvarez fue un periodista de montaña. Un hombre que, a su estilo, creó un modo de contar la vida. La vida que sucedía en su pequeño territorio de acción: Fabero y su cuenca minera, sin olvidar algunas zonas circundantes. Manuel tenía una vocación fuera de serie y la vivía con total exigencia. Tengo entendido que no era berciano, y que vino aquí procedente de la otra parte de la provincia de León, la que pertenece a la cuenca del Esla. También desconozco con precisión otros avatares de su vida profesional, pero creo que era oficinista de alguna de las empresas de Fabero. En todo caso, su pasión, bien demostrada, era informar.

 

Solo le vi algunas veces, pero sé bien de su campechanía y de su estilo castizo e irrepetible. Manuel Pérez Álvarez, que moriría demasiado pronto, y que pasó gran parte de su vida en el Bierzo, inventó por así decirlo una forma de ser periodista. La de quien informaba de una plétora inimaginable de noticias. Tal vez por ello era tan rápido hablando en sus intervenciones radiofónicas. Y tal vez también por ello tan extensas sus colaboraciones para la prensa provincial y comarcal. A Pérez Álvarez le interesaba todo y todo lo interpretaba, además de contarlo, porque era un periodista amateur que nunca tuvo demasiado interés en separar la opinión de la información. Sin duda porque su público prefería aquel modo de comunicar. Entre rural y cercano. Original y de hace mucho tiempo.

 

Manuel Pérez Álvarez era un trabajador incansable. Publicaba en diversos medios, aparte de intervenir en la radio. No sé si fue muy feliz con sus tareas burocráticas, pero pocas personas han sido tan dichosas en la labor informativa. Manuel disfrutaba contándonos el mundo, y su pasión era tan honesta y querida, que poco le importaba que el área de su labor fueran los veinte o treinta mil habitantes de los valles norteños del Bierzo Central. Para él eran Nueva York. Y gracias a su entrega a la labor informativa, logró que todos los bercianos, incluidos los que no vivíamos en Fabero y su entorno, acabáramos interesándonos por aquellas novedades que hablaban de minas, de nieve, de frío, de fiestas, de fútbol, de personas emprendedoras y de toda una geografía que también era ganadera y mercantil.

 

Pérez Álvarez coincidió con la época más pujante de las minas de Fabero, cuando la villa berciana era un Eldorado de antracita y camiones, inundada de bares y cafeterías. En aquella periferia comarcal, ruda y animosa, forjó su manera de informar. Tan propia que hasta él mismo se convirtió en una noticia; en una referencia; en una institución. Y también en un oráculo fiable porque la gente comentaba sus programas como quien habla de algo absolutamente veraz. Porque lo era.

 

Una de sus peculiaridades era contar cada mes el precio que alcanzaba el pulpo en la feria del Espino. Así era Manuel Pérez Álvarez. Pegado al terreno y a sus gentes, a sus sufrimientos y alegrías.

 

CÉSAR GAVELA

Print Friendly, PDF & Email