El escritor Luis Mateo Díez, nacido en Villablino en 1942 y reconocido con el Premio Cervantes 2023, recibió este miércoles la Medalla de Oro de la Provincia de León en un acto cargado de simbolismo y memoria. Un homenaje que, según sus propias palabras, tiene “un carácter profundamente entrañable”, al proceder de la tierra que alimentó su infancia, su mirada literaria y su universo narrativo.
“Este es el reconocimiento más emotivo, intenso y entrañable que he recibido”, afirmó, emocionado, antes de recoger la distinción de manos del presidente de la Diputación, Gerardo Álvarez Courel. “Porque todo mi territorio imaginario deriva de lo que es León, de lo que es Laciana, y de las emociones que viví aquí”.
Durante su intervención, el autor lacianiego quiso dedicar unas palabras de recuerdo a los cinco mineros fallecidos recientemente en la mina de Cerredo —cuatro de ellos de Laciana y uno del Bierzo—, enlazando la tragedia con la herida abierta que ha dejado el cierre del sector en la comarca: “El Valle está perdido y la mina, traicionada”.
Una infancia en el corazón de Laciana
Luis Mateo Díez evocó el ambiente cultural y social del valle durante su niñez, destacando el peso de la tradición oral y del espíritu ilustrado de la Institución Libre de Enseñanza, muy presente en la comarca. “Laciana tenía una conciencia vecinal poderosa y una cultura de la oralidad que se respiraba en las noches de invierno. Aquello era una experiencia vital y didáctica radical, de las más ricas que ha habido en este país”.
Sin embargo, lamentó que la cultura en España siga siendo “subsidiaria” frente a otros intereses más inmediatos. “En este país nunca hemos sabido dar a la cultura el lugar que merece, como sí han hecho, por ejemplo, los franceses”, apuntó.
León como referencia vital
El autor recordó también su llegada a la ciudad de León a mediados de los años 50, cuando su padre, Florentino Agustín Díez, fue nombrado secretario de la Diputación Provincial. “León tenía la aureola de la antigüedad y el fulgor de sus monumentos, pero vivía una vejez prematura. Muchos de los que teníamos inquietudes queríamos marcharnos. El país estaba secuestrado”, confesó.
No obstante, reconoció que León siempre tuvo para él un valor literario único. “Su historia parecía más cercana a la leyenda que a la realidad. Y esa percepción es la que alimentó mis ficciones”.
“Esta es mi tierra, esta es mi gente”
Luis Mateo Díez no ocultó su emoción al regresar a la institución provincial, un lugar que marcó una parte importante de su juventud. “Esta es mi casa, aquí quiero seguir estando con la imaginación y la ficción. Soy el escritor que soy porque nací en León”, escribió también en el libro de firmas.
El presidente de la Diputación, Gerardo Álvarez Courel, destacó que el autor lacianiego “es uno de los escritores más relevantes del panorama nacional e internacional” y recordó su implicación en proyectos editoriales como la colección Los breviarios de la calle pez, creada junto a José María Merino y Juan Pedro Aparicio, y que aborda aspectos culturales, sociales e históricos de la provincia.
Álvarez Courel también subrayó su papel como narrador oral y defensor del filandón leonés, que ha llevado por todo el mundo —de Nueva York a Cartagena de Indias—, manteniendo viva la esencia del relato contado, del encuentro vecinal y del valor de la palabra.
Un homenaje desde Laciana al mundo
Luis Mateo Díez sigue teniendo los pies en la literatura universal, pero el corazón en Laciana. Con esta Medalla de Oro, la provincia le devuelve una parte de todo lo que él ha narrado, imaginado y preservado con su obra. Porque, como él mismo ha dicho en más de una ocasión, “la mina o la nada” no es solo un título: es una advertencia, una herida y también un acto de memoria.