‘El 47’, la película dirigida por Marcel Barrena, fue la gran triunfadora de la noche al alzarse con cinco premios de las catorce candidaturas con que partía, si bien la velada culminó con un regusto extraño tras la lectura de la tarjeta final por parte de la actriz Belén Rueda, que inicialmente no se percató de que escondía un ex aequo en la categoría de mejor película, compartiendo el premio gordo entre la cinta catalana y ‘La infiltrada’, de Arantxa Echevarría.
Los representantes de Zamora y de León, en la ceremonia corrieron distintas suertes, y fue una profesional de tierras zamoranas precisamente la primera en dirigirse al auditorio tras el sorpresivo fallo múltiple (por primera vez en la historia de los galardones) de la categoría principal. “¡Qué fuerte!” fueron las primeras palabras al micrófono de la productora zamorana Laura Fernández Espeso, directora general de The Mediapro Studio, al ver que los responsables de ‘El 47’ no eran los únicos ganadores del premio a mejor película, en una escena que inevitablemente remitió al caos vivido en los Oscar en 2017 cuando ‘Moonlight’ se impuso en el último momento a ‘La La Land’.
Mientras el director de ‘El 47’, Marcel Barrena, se preguntaba con el micrófono abierto “¿qué es esta locura?”, la benaventana recalcaba la “enorme ilusión” que vivía por recoger el galardón en nombre de todo el equipo del film y de The Mediapro Studio, que calificó como “fantástico”. Tras el agradecimiento a sus compañeros de viaje en la producción (Movistar Plus+, TVE, Televisión de Catalunya, el ICEC y A Contracorriente), reconoció la labor del director, a quien aplaudió su “sensibilidad” para abordar todos los temas de los que habla ‘El 47’: “Esta película habla de la solidaridad, la amistad, la justicia social, de la vivienda y de tantas cosas que él ha tratado con mucha emoción y muchísimo respeto”, expuso.
Tras agradecer también el apoyo e impulso de Tatxo Benet y Juan Ruiz de Gauna, y recordar que The Mediapro Studio lleva “tres décadas produciendo y conectando con el público”, Fernández Espeso dedicó el galardón al público por su apoyo al film y, “en lo más personal”, envió “un abrazo enorme” a su familia “en Madrid y en Benavente”.
Reivindicación y justicia internacional desde tierras cazurras
La fortuna sonrió en esta ocasión al leonés Néstor López, premiado por partida doble al alzarse como director con la estatuilla al mejor cortometraje documental por ‘Semillas de Kivu’ (que codirigió junto a Carlos Valle y que está coproducido por el burgalés David Pérez Sañudo), y como coproductor con el Goya al mejor cortometraje de ficción por ‘La gran obra’, dirigido por Àlex Lora. Pese a su juventud, López ya atesora tres premios Goya, ya que ambos ‘cabezones’ se suman al logrado hace tres años como productor por su trabajo en ‘Mama’ (de Pablo de la Chica).
Instantes después de que la actriz y cineasta Marta Nieto leyera que ‘Semillas de Kivu’ era el mejor corto documental del año, Néstor López se aferraba a su estatuilla para asegurar: “Nos hemos matado a trabajar muchísimos años por este trabajo”. Ante el auditorio, el cineasta leonés explicó que la película transcurre en la región de Kivu, en la Republica Democrática del Congo, “”una zona que lleva más de trece años en guerra. “Congo necesita ayuda y es muy urgente. Durante décadas nosotros, desde occidente, nos aprovechamos de sus recursos, los exportamos simplemente para que nuestro mercado sea más rentable económicamente, pero el coste humano que supone para la población de Kivu es enorme. Hace diez días, la guerrilla más violenta de la zona, el M23, tomó la ciudad de Goma. Están a cien kilómetros de Bukavu, son las dos capitales de Kivu y el país necesita acción y justicia internacional. Nosotros somos cineastas, con un pico abrimos un agujero en un muro para invitar a quien quiera mirar, pero no podemos llegar a lo que de verdad necesita Kivu”, sentenció en presencia de autoridades como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Acto seguido, le brindó el galardón a sus familiares, antes de dedicárselo a su ciudad natal, León, más concretamente a su barrio, el Polígono 10, y especialmente a las tres protagonistas de ‘Semillas de Kivu’: Neema Byenda, Aliné Kanega y Charlotte Shamavu, “por enseñarnos que la reinserción tras haber sufrido violencia sexual es posible y que siempre merece la pena seguir adelante”. El propio López tuvo que regresar al escenario instantes después, sin tiempo apenas para hacerse la fotografía de ganador, pues el siguiente premio que se falló fue el de ‘La gran obra’ como mejor cortometraje de ficción, que se impuso a otros trabajos como ‘El trono’, de la segoviana Lucía Jiménez, si bien en esa ocasión el leonés se limitó a permanecer en el escenario respaldando al director, Àlex Lora, sin tomar la palabra.