PREMIOS MUJER 2024

Laciana se rinde a la Feriona

El gran zoco congregó alrededor de medio millar de puestos ambulantes

No hay fecha más destacada en el calendario que el 12 de octubre, el día de la Feriona. Esa jornada tan esperada por lacianiegos y visitantes que hace que Villablino multiplique su población. Y un año más, como manda la tradición, miles de personas abarrotaron las calles Constantino Gancedo y Avenida del Bierzo de la capital lacianiega, las dos vías principales de este zoco.

Bajo un sol de justicia, la Feriona dio cabida a unos quinientos puestos ambulantes llegados, mayoritariamente, desde Asturias, Galicia, o incluso Portugal.

Lo que está claro es que muchos son asiduos de la gran Feriona. Y no la perdonan. Son los comerciantes que ponen voz al gran mercado animando el paseo de los transeúntes.

Puestos de artículos textiles -abundancia de calcetines y pijamas-, alimenticios, como el pimentón y los ajos y las cebollas para las matanzas, los salazones o los típicos frutos del otoño, marroquinería, aperos de labranza, ferretería…

Los que tampoco renuncian a la cita con el valle son las pulperías que se habilitan a pie de feria. En ellas se cocina a fuego lento el plato estrella del día, el invitado perfecto en la mayoría de los hogares lacianiegos y también en los restaurantes de la zona: el pulpo. Su inconfundible olor acompaña fielmente la jornada año tras año y sirve de excusa perfecta para reunir en la mesa a amigos y familiares. Siempre, eso sí, regado por una buena copa de vino y servido con cachelos.

La Feriona, esencia ganadera

La Feriona tiene sus orígenes en la ganadería pese a que con el paso de los años las operaciones de compra-venta de vacas o caballos quedaron relegadas a un segundo plano, tomando todo el protagonismo el extenso mercado al que da cabida la muestra.

Este año, han sido una treintena de cabezas de ganado bovino, tres cabezas de ganado caballar y cinco de ganado caprino, más una docena de gallinas las que se pusieron a la venta en el recinto ferial de la capital de la comarca. Y para custodiar al ganado, no podía faltar su guardián por excelencia; el mastín español. Varios ejemplares también estuvieron presentes en el mercado de ganados.

Sin duda la Feriona es una jornada que Laciana disfruta y mucho. Porque la tradición manda.

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