El toque de sirena lo presagiaba. Iba a ser una noche para la emoción. La plaza Luis Mateo Díez de Villablino lo sabía y los lacianiegos también porque no dudaron en abarrotarla. Había mucho que celebrar, el nacimiento de la cerveza minera y con ella una nueva ilusión para el Valle de Laciana. Y corrieron litros y litros de 12-70, en caña, en botellín de tercio o de quinto. Nadie se quedó sin probarla. Dos casetas se instalaron para la ocasión, que por cierto no daban abasto a saciar las sedientas ganas de cerveza minera de los vecinos de la comarca.
Con la caída de la noche, la coral ‘Santa Bárbara’ empezaba a entonar un Santa Bárbara Bendita cantado a cuatro voces que removió sentimientos entre los asistentes. Estremecía. Nos recordó que Laciana es y siempre será una tierra minera que ha perdido demasiado por el camino. Demasiadas vidas. El himno sonaba impoluto, diferente. Derramó lágrimas y muchas, no solo en los ojos de aquellos familiares que perdieron a un ser querido en la mina; en esos minutos todos los lacianiegos supieron llorar a esos valientes.
En plena interpretación de la canción, un grupo de mineros ataviados con traje de faena emergían en la plaza Luis Mateo Díez. Con los cascos encendidos guiaban con su halo de luz al maestro cervecero quien con una lámpara minera ‘encendió’ el recuerdo de cincuenta y dos mineros fallecidos en accidente de trabajo y cuyos nombres ya se han plasmado en una edición limitada de la 12-70. Así, el maestro cervecero se dirigió, acompañado por el grupo, a un árbol donde pendían cincuenta y dos botellas de la 12-70 y las iluminó con su lámpara.
Y precisamente con el fin de mantener vivo, para siempre, el recuerdo de los fallecidos en accidente de mina, los familiares plasmaron su huella dactilar en cada una de las ramas que había dibujadas en un mural que emulaba a un árbol. Por cierto, el cuadro se enmarcará y se expondrá en la futura fábrica cervecera del antiguo grupo Lumajo.
Por si fuera poco, la comarca también pudo asistir, atónita, al nacimiento de una canción que pone melodía a la cerveza. Lo escribió el lacianiego Tino Mancha años atrás y ahora el joven amplió el tema con motivo de la aparición de la 12-70. Un canto, sin duda, a la ilusión y a la esperanza, porque Laciana “no sabe de rendición”. El artista lo dejó muy claro sobre el escenario en una actuación en la que derrochó fuerza junto a ‘La banda de la tintorería’.
El mismo escenario lo pisó también el promotor del proyecto, el lacianiego Juan José Villanueva, acompañado por su mano derecha, Abel Díaz. Villanueva se dirigió a los asistentes para matizar que el acto ha querido ser “un homenaje a los que nos faltan hoy”. El empresario está convencido de que “paso a paso y cerveza a cerveza volveremos a ser grandes” porque la pretensión de Juan José es “ser algo más que una fábrica, queremos ser un referente”. Lo que parece estar claro es que aún hay gente dispuesta a apostar por un valle que no quiere rendirse hasta agotar su último aliento.
Fotografías de Quinito:
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Aunque no pude estar presente, siento una emoción muy grande,. Gracias