La Junta ensalzó hoy los proyectos de cooperación del Programa LEADER como una de las “señas de identidad” de la actividad que realizan los 44 grupos de acción local (GAL) que existen en Castilla y León y que se establecen como “actores territoriales estratégicos en la aplicación de políticas de desarrollo rural”, tal y como señaló la directora general de la Industria y Cadena Agroalimentarias, Cristina Frías, en una jornada organizada por el GAL Campos y Torozos en el Círculo de Recreo de Medina de Rioseco (Valladolid).
En el marco de este acto, la directora general manifestó la relevancia que tiene la metodología del Programa LEADER como “herramienta útil para promover el empleo, el crecimiento, la igualdad de género, la inclusión social, y el desarrollo local en las zonas rurales”, utilizando, para ello, la “diversificación económica, la innovación y la cooperación, y ha constatado la importancia que estas iniciativas tienen dentro de las políticas del Gobierno autonómico”.
Más allá de hacer referencia al montante global invertido durante los años de vigencia del Plan de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2022, “que ha supuesto atender 5.558 solicitudes con ayudas por valor de 138 millones de euros y una inversión generada de más de 490 millones de euros”, y de recordar que para el próximo periodo (2023-2027), bajo el paraguas del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PEPAC), se contará con otros 98 millones de euros más, Frías puso el acento en el ámbito de la cooperación. “No en vano somos la única Comunidad en las que sus GAL han participado en proyectos de este tipo con carácter transnacional”, reveló.
En especial, lo ha hecho con el que, bajo la denominación ‘+Empresas +Empleo +Rural’, ha implicado a un total de once grupos que, pertenecientes a seis provincias de Castilla y León y coordinadas desde Campos y Torozos, han establecido una estrategia promotora del empleo en el medio rural. Se caracteriza por ser impulsora del desarrollo sostenible mediante la innovación tecnológica; comprometida con el apoyo al tejido empresarial y la promoción de la cultura emprendedora, así como con la repoblación del territorio y el fomento de oportunidades de empleo basadas en el teletrabajo, la teleformación y la reorientación de las producciones industrial y agroalimentaria.
“En definitiva, un magnífico ejemplo de cómo la puesta en común de los conocimientos técnicos y recursos humanos y financieros, y el trabajo en red permite resolver los problemas de cada uno de ellos que, en muchas ocasiones, son comunes a los del resto”, concluyó la directora general.