Facebook
Instagram
YouTube
La asociación de mujeres ‘Nazaret’ ha querido rendir un afectuoso reconocimiento a ellas, las abuelas, importantes figuras en el día a día de sus nietos. Estas sabias mujeres son fuente de sabiduría y experiencia para los niños por lo que juegan un rol fundamental en su educación. De hecho, muchas veces, son los miembros de la familia que más tiempo dedican a los cuidados de los pequeños.
Por todos estos motivos, y más, la asociación ‘Nazaret’ ha dedicado una tarde entera a las abuelas en un acto -dentro de las jornadas de la Mujer organizadas por el Ayuntamiento de Villablino- que tuvo lugar en la Casa de Cultura de Villablino y que fue inaugurado por dos mujeres de este colectivo, la psicóloga Maite Bardón y la abogada Yolanda Rodríguez. Maite Bardón, por su parte, dio a conocer el papel de las abuelas a lo largo de la historia y Yolanda Rodríguez expuso los cambios que han ido experimentando los derechos de las mujeres con el paso de los años.
También hubo sitio para recordar a las antecesoras de Marisol García y Susana Rodríguez. En la familia de Marisol García hay mujeres tan relevantes como la primera edil de la provincia de León, Felipa Piñero, o la primera maestra de Laciana -Constantina-. Por su parte Susana Rodríguez recordó a su abuela Delfina, muy querida en San Miguel, y a su madre, una mujer muy adelantada a su tiempo ya que en la academia Nuestra Señora de Carrasconte impartió clases de educación sexual, por aquel entonces un tema tabú.
Además, también se otorgaron menciones especiales a tres mujeres centenarias: Emilia Oveja Álvarez -Salientes-, Antonia Calzada González, natural de Senra de Omaña y maestra durante años en Robles y Josefa González Rodríguez -Robles- que cumplió el pasado 19 de marzo un siglo de vida. Por último, pisaron las tablas del auditorio de la Casa de Cultura, varias bisabuelas -e incluso alguna tatarabuela- acompañadas por sus bisnietos; Adelina Suárez Linde, Amelia Bueno Gancedo, Maximina Portillo Vizcaino, Benigna García Sirgo y Luisa Crespo Suárez. La asistencia al acto de estas mujeres puso de manifiesto las diferencias existentes entre el modo de vida que afrontaron ellas y el que están teniendo sus nietos o sus bisnietos.
Por supuesto, no faltaron ni las actuaciones musicales -a acordeón y a piano- ni la poesía, que acompañaron a un acto con el que se quiso rendir tributo a aquéllas que deberían ser eternas, las abuelas.
