Castilla y León es una potencia en el sector de la biomasa, que presenta posibilidades enormes de crecimiento en el futuro e incluso esta fuente puede convertirse en una alternativa para las cuencas mineras, ahora que está en cuestión el futuro del carbón. El presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), Javier Díaz González, destaca, en esta entrevista a Ical, las posibilidades de desarrollo de este sector en la Comunidad, donde puede generar 500 nuevos empleos al año y elevar su negocio en 70 millones de euros. La Comunidad, recalca, genera con biomasa 1,27 millones de kilovatios, de los 7,27 millones instalados en España; y cuenta con 25.367 instalaciones, de las 160.036 del conjunto nacional, lo que la convierte en la segunda autonomía por peso de esta fuente, sólo por detrás de Andalucía.
Díaz explica que están estudiando, a través de un proyecto europeo, la viabilidad como biomasa de las miles de hectáreas de matorral que hay en la Comunidad. Esta biomasa de menor calidad, defiende, sí se podría quemar en las centrales térmicas de El Bierzo, junto con una parte de carbón. Esto permitiría mantener parte del sector de extracción del mineral reduciendo las emisiones y generar empleo ligado a la biomasa forestal en estas zonas. Eso si, requeriría de una regulación y apoyo del Gobierno, asegura, para afirmar que ‘cocombustionar’ estas dos fuentes ha sido una experiencia de éxito en varios países de Europa.
¿Qué supone el sector de la biomasa en Castilla y León?
Castilla y León es una autonomía líder. Ocupa hoy por hoy el segundo lugar tras Andalucía en instalaciones de biomasa de calefacción, agua caliente y vapor para procesos industriales. Es un puesto relevante. Está entre las autonomías que más impulso están dando a la biomasa, sobre todo la forestal, que es la que más se está utilizando en este momento para generar energía eléctrica y térmica. En España tenemos controlados 7,2 millones de kilovatios, de los que 1,27 millones están en Castilla y León. Es una cifra realmente importante y sigue creciendo a un ritmo bastante potente.
¿Y en empleo y facturación?
El sector ronda los 2.500 empleos directos. Luego tenemos los indirectos relacionados con transporte y la extracción de la biomasa en el monte. La facturación ronda los 300 millones de euros. Una cifra muy importante porque parte de cero y el recorrido que tiene este sector es enorme en Castilla y León. En esta autonomía tan forestal, tiene un futuro importante.
¿Poseen alguna estimación sobre las posibilidades de desarrollo que presenta el sector en la Comunidad?
El sector crece entorno a los 1.000 MW anuales en España. Castilla y León representa entorno al 18 por ciento, lo que supone que asumiría entre 180 y 200 MW al año. Esto se traduce en un aumento del 20 por ciento al año en los puestos de trabajo, unos 500 nuevos empleos; y una facturación de 60-70 millones más cada año.
Entonces, la biomasa es un sector en el que emprender….
Seguro. Sin ninguna duda. El sector de la instalación de calefacción y refrigeración en general tuvo un parón importante con el de la construcción. La biomasa ha sido una alternativa interesante para esos instaladores que, al no tener obra nueva, han entrado en la de sustitución.
¿La profesionalidad con las nuevas incorporaciones al sector está garantizada?
La asociación presentará en breve la certificación de calidad y de profesionalidad de los instaladores de biomasa, algo demandado por el sector para evitar el intrusismo. Este sello de calidad lo hemos desarrollado en colaboración con el Instituto ce la Construcción de Castilla y León. Es preciso lograr unos estándares de calidad que nos permita crecer de forma sostenida en el tiempo.
¿Hacia dónde se está expandiendo el sector en la actualidad?
Lo que se está desarrollando más en este momento son las instalaciones comunitarias. La sustitución de calderas de gasóleo o de gas por otras de biomasa. Es verdad que hemos tenido un parón el pasado año con los bajos precios del petróleo. Ha ralentizado un poco el desarrollo pero se ha recuperado este año y con mucha fuerza está entrando la calefacción de distrito. Se trata de una única instalación grande da calefacción para hospitales, universidades o viviendas.
¿Qué grandes proyectos destacaría en la actualidad en Castilla y León?
Hay proyectos públicos y privados en todas las ciudades de la Comunidad. El proyecto de la Universidad de Valladolid se extenderá al Hospital Clínico, y luego se establecerán paquetes de calor para que empresas especializadas puedan comercializarlos. Hay proyectos similares para los campus de León y Salamanca. También se está haciendo una gran calefacción de distrito en Soria, con un objetivo de 7.000 viviendas, que ya llega a 2.000. Se ha aprobado la instalación de biomasa en el poblado de Fasa, en Valladolid; y ya se ha puesto en marcha la de Torrelago en Laguna de Duero. En Valladolid también tenemos en la plaza de las Batallas, una comunidad de 235 vecinos que puso biomasa hace cuatro años, y están encantados, con precios de la energía sin variaciones, estables, frente al petróleo o el gas.
¿Está apoyando la expansión del sector la Junta y el resto de las administraciones públicas en la Comunidad?
Sí. La Junta adoptó una política de apoyo al desarrollo de la utilización de la biomasa como combustible hace ocho años y tiene toda su lógica en una comunidad con más de cuatro millones de hectáreas forestales. Es lógico que las administraciones trabajen por ponerlas en valor y rentabilizarlas. En Castilla y León, eso se ha entendido y se está haciendo. Además, cada día hay más instalaciones en los edificios de las diferentes administraciones, tanto de la Junta, como de las diputaciones y los ayuntamientos. Tenemos la biomasa en el patio de casa, utilicemos lo que es fácil.
¿La legislación europea es favorable a la biomasa?
Totalmente. El diez por ciento de la energía que se consume en Europa ya es biomasa.
¿Qué supone el sector de la biomasa para el medio rural de Castilla y León, tan castigado por el declive demográfico y la dispersión?
Dinamismo. La producción de biomasa en los montes genera empleo en esas zonas rurales con recurso y la trasformación en un combustible, el pellet o en astilla energética, implica industrias que en un 95 por ciento se instalan en el medio rural, que tiene tanta necesidad de empleo y de fijar población.
¿Y para los entornos urbanos?
Es buenísimo para las ciudades porque se están eliminando cientos de chimeneas deficientes y emisores de contaminantes. Se sustituyen por una única instalación con un único punto de emisión controlado y con un combustible neutro en emisiones de CO2; y sin emisiones de dióxido de carbono. Al mismo tiempo rebajamos la factura de los ciudadanos de forma importante y consumimos un combustible propio, con lo que ponemos en valor lo nuestro, que ya es hora.
¿Qué ventajas representa esta fuente frente a las tradicionales?
Ahora estamos muy preocupados por la factura de la luz, que es el 30 por ciento de gasto energético. Pero la factura energética es en un 70 por ciento calefacción y agua caliente, El peso de la subida del petróleo o gas es muchísimo más importante que la subida de la luz. La biomasa ahorra entre un 30 y un 35 por ciento respecto al gas y el petróleo e incidimos así sobre una parte mucho más importante del consumo energético de las familias. Además, la biomasa no paga un término mínimo de potencia, algo que es importante. Es más barata y si no consumes, no pagas nada.
Si representa ese gran ahorro, ¿por qué no está más extendido su uso?
Por el desconocimiento. Hay un gran desconocimiento de lo que es la biomasa y lo que se puede hacer con ella. No tenemos posibilidad de llegar a la población con grandes campañas de comunicación en televisión, radio o prensa. Tenemos que llegar a la población de forma más directa. Tenemos un proyecto, ‘Biomasa en tu casa’, con el que acudimos al centro de las ciudades con unos contenedores que llevan los distintos equipos y las distintas biomasas para calentar nuestros hogares, para que la gente lo conozca. En las zonas donde vamos se incrementa en torno al 30 por ciento la instalación de equipos de biomasa. Además, es fundamental que las administraciones apuesten por estas instalaciones, por el efecto tractor que producen.
¿Los requerimientos de inversión y espacio también serán condicionantes?
La inversión es más grande, entorno a un 30 por ciento, y debes tener un silo donde meter los pellets y un sistema para llevarlos a la caldera. Sin embargo, la diferencia se amortiza rápidamente, en unos cinco años.
¿En las ciudades entonces son los grandes proyectos los que más posibilidades tienen?
Sí. Las comunidades de vecinos o las calefacciones de distrito. Que haya calderas de gas en cada vivienda es una aberración extraordinaria, que nos ha hecho esclavos del gas ‘per saecula saeculorum’. Esto no ha pasado en casi ningún país de Europa.
¿Qué aspecto medioambiental destacaría de la biomasa?
Sin duda, la utilización de la biomasa forestal para usos energéticos le ha dado un uso a los montes de Castilla y León importantísimo. Somos uno de los grandes consumidores de productos forestales, porque el sector está tirando muy deprisa y no le afecta tanto las crisis de consumo. Trabajamos con energía para los hogares, algo de vital importancia. El incremento de hectáreas forestales ha sido grande en estos últimos años y en la actualidad contamos con 1.200 millones de metros cúbicos, el doble que en 1996 El stock está creciendo cada año en 50 millones de metros cúbicos, y se están cortando 17. Imagínate el crecimiento de consumo que podemos tener ahí.
¿Qué beneficios presenta esa gestión de los recursos forestales de los montes?
Donde menos incendios hay es donde todos los vecinos sacan beneficios del monte. Todo el mundo gana y la gente cuida el monte. El uso de la biomasa es una solución buenísima para proteger los montes de los incendios. Además, un monte cuidado que da beneficios a los habitantes permite mejorar sus accesos e infraestructura, produce más setas, mejora los pastos y facilita su explotación turística. Los montes bien gestionados dan muchísimo productos.
¿La biomasa puede convertirse en una alternativa de futuro para las cuencas mineras al carbón?
En Europa se ha hecho algo que ha funcionado estupendamente, que es utilizar carbón junto biomasa. Hay experiencias de éxito en Bélgica, Inglaterra y Holanda. En algunos casos permitió una transición de sustitución del carbón a la biomasa a lo largo de varios años Otra opción es hacer ‘cocombustión’, quemar al tiempo biomasa y carbón. Es algo que se planteó en su día, pero al final se quedó ahí y no se le dio tarifa ninguna. Particularmente, pienso que es posible y en Castilla y León no sería descabellado pensar en la posibilidad de utilizar biomasa junto con carbón en las cuencas mineras, en las centrales de El Bierzo. Estamos trabajando en estos momentos en las posibilidades de hacer eso.
¿Qué impacto tendría el uso de la biomasa como combustible para generación eléctrica en estas zonas?
Solucionaríamos dos problemas. Generaríamos muchos puestos de trabajo y se podría mantener una parte de la producción de carbón de esas cuencas para ‘cocombustionar’ con la biomasa. Mejoraríamos de forma importante el aspecto de las emisiones y podríamos mantener una parte del carbón y hacer una explotación de biomasa mucho más potente. Una instalación tan grande permite usar biomasas de peor calidad, que son las que se han quedado sin aprovechamiento después del parón en la generación eléctrica con biomasa.
¿Cuáles son esas masas sin aprovechamiento?
Los arbustos, las miles y miles de hectáreas de zonas arbustivas que hay en Castilla y León, sobre todo en León y Zamora. Esa cosecha podría servir para quemar en esas centrales. Formamos parte del proyecto EnerbioScrub ‘Gestión sostenible de formaciones arbustivas para uso energético’, financiado por la UE y que concluirá a finales de este año, sobre estos aprovechamientos. No descarto que se pueda llegar a hacer eso en Castilla y León, pero no depende de nosotros ni de la Junta, sino de la legislación nacional. La junta debe llegar a algún tipo de acuerdo con el Gobierno y las eléctricas para iniciar ese trabajo. El Gobierno debería legislar para que se pueda hacer y haya una remuneración del kilovatio producido en esas centrales que permita un retorno de esas inversiones.
¿Están trabajando ya para explotar los montes en esas zonas mineras?
Estamos hablando con gente. Algunas de las pruebas de aprovechamiento de ese proyecto europeo las hemos hecho en Fabero. Sabemos que a la Junta es un tema que le interesaría muchísimo, ver los resultados y lo que se puede hacer. Vamos a seguir trabajando con la mayor celeridad posible, porque esto tiene un plazo de caducidad. A ver dónde llegamos. Tenemos esperanza de que algo se puede hacer. Entiendo que el carbón no deja de ser un combustible nuestro y hay que buscar soluciones. Poner en valor la biomasa de la zona y poder mantener una parte de la producción del carbón puede ser razonable. Puede haber a gente a la que no le guste, pero nuestro mix energético no puede prescindir de ninguna fuente, para poder abastecernos en cualquier circunstancia.
Su asociación organiza de forma bianual en Valladolid, la feria Expobioenergía. ¿Qué expectativas tienen para su celebración el próximo mes de octubre?
Hemos cerrado el primer plazo de contratación el 31 de diciembre y tenemos contratado más del 85 por ciento del suelo. Prevemos un crecimiento superior al 20 por ciento respecto a lo que fue la feria de 2015. Estamos dando un paso importante en la parte para aprovechamiento de biomasa en el monte y lo que era la plaza de entrada a la feria de muestras, se ampliará con toda la zona de aparcamiento, lo que aumentará un 50-60 por ciento Es un certamen muy especializado. Es la feria de referencia del sector. Es una de las mejores ferias del mundo de bioenergía y tiene un prestigio muy importante. Tenemos expositores y visitantes de más de 35 países. Este año llegarán delegaciones de Chile, México, Polonia y República Checa. Nos hemos convertido en un centro de negocios de biomasa muy importante.