España no se ha conformado con administrar las vacunas que le llegan desde el exterior. Actualmente, nuestro país ya cuenta con tres proyectos de vacunas propias que podrían ver la luz a finales del 2021.
Son dos los núcleos donde se están llevando a cabo las distintas pruebas para ”engendrar” una vacuna 100% española: el CNB (Centro Nacional de Biotecnología) y el CIB (Centro de Investigaciones Biológicas). Se calcula que estas vacunas podrían dar sus primeros ‘pinchazos’ en menos de un año, en noviembre o diciembre de un 2021 que recién comienza. Sin embargo, no se trata de un proceso sencillo. A la dificultad que entraña crear algo tan complejo, se le suman las limitadas infraestructuras y las escasas subvenciones que recibe la ciencia en España año tras año.
Trabajo en equipo
En el CNB se están gestando dos proyectos diferentes; el primero de ellos, capitaneado por Mariano Esteban y Juan García Arriaza, parece ser el más avanzado. Luis Enjuanes e Isabel Solá son los encargados del segundo.
En cuanto al proyecto del CIB, es Vicente Larraga, director del laboratorio de Parasitología Molecular del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), el que está experimentando para obtener la ansiada vacuna.
Cabe destacar que ambos centros se integran dentro de una misma entidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas o CSIC, por lo que más que una carrera por ver quién es el que se lleva el gato al agua, se trata de un trabajo conjunto que no tiene otro fin que el de poder sacar al mercado nuevas dosis inmunizadoras lo antes posible.
¿En qué se diferencian estas vacunas?
CNB: “Teníamos el candidato vacunal generado a la vez que Pfizer o Moderna”
Las características del modelo de vacuna de Juan García Arriaza, virólogo del CSIC, y Mariano Esteban, director del grupo Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), se basa en un virus denominado MVA, de la familia de la viruela. Ambos han insistido en que este no conlleva ningún tipo de peligro para el ser humano, y que ya se utilizó para frenar enfermedades como el ébola o el zika. La inyección, administrada en una sola dosis (a diferencia de las dos que se necesitan de las de Pfizer o Moderna) ya registra un 100% de efectividad en roedores. El siguiente nivel del proyecto comenzará con los exámenes a hámsteres y primates. Si estos resultan ser tan exitosos como los anteriores, en dos o tres meses podría pasarse a los ensayos clínicos en fase I y II, con seres humanos como protagonistas.
Como curiosidad, Arriaza declara que esta vacuna podría suministrarse a través de las fosas nasales, proceso que recibe el nombre de vía intranasal. Además, habló de una de sus ventajas: ”No se necesitaría mantenerla en un entorno frío para transportarla, pues es posible liofilizarla” desveló Arriaga, que lanza un ‘dardo’ al Gobierno: “Teníamos el candidato vacunal generado a la vez que Pfizer o Moderna” declaró Arriaza, añadiendo, en declaraciones recogidas por la agencia SINC que en España “tenemos talento de sobra, pero no se invierte lo suficiente en ciencia”.
En cuanto a el proyecto de Enjuanes y Solá, este es bastante similar a los de Pfizer o Moderna, aunque podría llegar incluso a ser mejor. Sienta sus bases en un replicón ARN, el cual cuenta con dos ”virtudes”: no puede propagarse, pero sí autoamplificarse.
Aunque aún le queda un largo camino, la vacuna que Isabel Solá y Luis Enjuanes pretender desarrollar podría convertirse en una de las más potentes del mercado. Esto se debe a que, a diferencia de las ya comercializadas, las cuales eliminan de nuestro organismo los síntomas más graves de la enfermedad, estas dosis ”made in Spain” tendría la capacidad de erradicar el contagio, logrando de esta manera la inmunidad esterilizante. ”Una vacuna anterior que realizamos para el coronavirus MERS alcanzaba esta inmunidad”, recordó Enjuanes.
CIB: “Nuestra vacuna podría estar terminada hacia octubre o noviembre”
Aunque esperanzador, más lento es el proceso que está siguiendo Vicente Larraga para madurar su ”diseño”. El director del laboratorio de Parasitología Molecular del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) emplea un plásmido sintético, basado en una vacuna anterior contra la leishmaniosis.
Al igual que la vacuna de Arriaza y Esteban, ésta ya ha sido probada con ratones, con un resultado que califica de ”muy esperanzador”. Las vías para su aplicación serán la intradérmica e intramuscular, y en ningún caso intranasal, como sí podrán serlo las del CNB.
La empresa Biofabri será la encargada de producirla. En el mejor de los escenarios, este proceso comenzará tras la conclusión del verano. ”Nuestra vacuna podría estar terminada hacia octubre o noviembre”, señaló Larraga a SINC, haciendo también hincapié en la importancia que todo esto tendrá para España: ”Contar con una vacuna creada y fabricada en el Estado nos da una enorme ventaja estratégica como país”, manifestó.