David Santaolalla, conocido por su estilo único y su capacidad para fusionar diferentes técnicas y materiales, presenta en esta exposición una colección de obras que exploran la mente humana y sus múltiples facetas. “Casual Mente” invita a los espectadores a reflexionar sobre la cotidianidad y la complejidad de los pensamientos que surgen en nuestra vida diaria. Las piezas, que incluyen pinturas, esculturas e instalaciones, destacan por su originalidad y profundidad conceptual.
La exposición estará abierta al público durante todo el mes de febrero, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de sumergirse en el universo creativo de Santaolalla. La Casa de Cultura de Villablino, un espacio emblemático para las artes en la comarca, se convierte así en el escenario perfecto para esta muestra que combina arte y reflexión.
La inauguración contará con la presencia del propio artista, quien realizará una visita guiada por la exposición y compartirá con los asistentes los detalles y anécdotas detrás de cada obra.
Sin duda, esta exposición se presenta como una cita imprescindible para los amantes del arte y la cultura en Villablino y sus alrededores. “Casual Mente” no solo es una muestra artística, sino también una invitación a explorar los rincones más íntimos de nuestra mente a través de la mirada de uno de los artistas más destacados de la actualidad.
David Santaolalla, un artista con una gran trayectoria artística
David Santaolalla nace en Vigo en 1959. Por motivos laborales su padre ingeniero de Telefónica es trasladado primero a A Coruña durante un año y posteriormente en 1966 a la sede del Centro del Noroeste ubicado en León y desde entonces David reside en esta ciudad. Es autodidacta y se forma como ingeniero de telecomunicaciones combinando su actividad como escritor y fotógrafo, es citado en ocasiones en prensa y círculos culturales con el seudónimo de Cebolledo. David cuenta con una amplia trayectoria que se inicia expositivamente en el 2009 en Peluquería Galería en León con una muestra de temática africana.
Desde siempre le interesa la fotografía y coincide con algunos conocidos y amigos, entre ellos con Carlos Pérez poeta, pintor, fotógrafo y gran amigo, que espontáneamente forman en un bar de León una tertulia para hablar de temas fotográficos, poco a poco se consolidará en la asociación Legio VII Fotos, que se crea en el 2010 con el fin de dar rienda suelta a sus
inquietudes.
David tiene una vertiente documental a tener en cuenta, pero su obra fundamental y esencial es la que se centra en propuestas más creativas y experimentales, que pasaremos a analizar brevemente.
Para aproximarnos a la obra de David tenemos que analizar y partir de varios elementos que nos faciliten una comprensión idónea del espacio en el que se inserta la obra de este autor, situada sin duda en el territorio fotográfico de investigación en el cual priman la expresión plástica y creativa. Los pilares esenciales de su trabajo los desgranaremos poco a poco, partiendo desde una perspectiva histórica desde los inicios de la fotografía o de algunos de sus hitos más significativos hasta la actualidad, centrándonos preferentemente en el contexto español.
Se podrían resumir estos fundamentos de la siguiente forma: falsificación de la imagen fotográfica como juego participativo, lúdico y sutil; la creación escenográfica clásica como punto de partida hasta llegar a la maqueta como estructura mínima y tema central de su fotografía; la aplicación del color en las primeras imágenes de la historia hasta la explosión y dinamismo del color en la fotografía y por último la vinculación de la fotografía con la poesía visual. Elementos que de alguna manera configuran, articulan y dan sentido a la obra de David Santaolalla, o por lo menos aportan una sólida estructura histórica que sustenta con total y plena validez sus propuestas y permite una integración y lectura coherente de su obra en el momento actual de la fotografía creativa.
En definitiva, antes esta exposición pueden encontrarse imágenes sugerentes, atractivas, con poder de seducción, que simplemente con su observación nos alientan a entrar en un mundo interesante pleno de evocaciones que nos permiten transitar por un territorio de imaginación y al mismo tiempo jugar y dialogar abiertamente con el artista frente a frente sin engaños ni mentiras, un juego sutil y delicado que produce en el espectador una participación rica y fructífera en sensaciones.