“Imágenes Latentes”, exposición pictórica de Olga Llamas en la Casa de Cultura de Villablino

Esta muestra, de casi treinta obras, se enclava dentro de las exposiciones itinerantes por la provincia de León que organiza el Departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura. En esta ocasión en colaboración con el Ayuntamiento de Villablino.

Una representación pictórica realizada por Olga Llamas Hernández donde trabaja a partir de obras digitales transferidas a diversos soportes como vinilo, papel o lienzo de mediano formato. La artista comenzó pintando hacia los 15 años en el taller de su padre, el pintor leonés Modesto Llamas Gil, realizando los bodegones y ejercicios prácticos que le ponía para practicar. Cuando los terminaba investigaba con el color y las texturas que era lo que más le interesaba. En aquella época acompañaba a su progenitor a visitar las exposiciones que había en León, e iba absorbiendo todo aquello que veía. Le impresionaron las texturas de las obras de Lucio Muñoz, el realismo de Antonio López y el tratamiento de los colores de Chagall. A los 19 años, tras pasar un año dedicada en exclusiva a la pintura, ingresó en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Se licenció y preparó unas oposiciones. Su periplo como profesora se inicia en el instituto de Cistierna (87-89) en pleno contacto con la naturaleza y una localidad que todavía no sufría las consecuencias del terrible impacto del cierre definitivo de la industria de la minería.

Compagina su labor docente con la artística hasta su jubilación, dedicándose plenamente en la actualidad a la pintura en su magnífico, amplio y luminoso estudio de Carbajal de la Legua. En el año 2006/7 se incorpora a un colectivo denominado Nosotras.

Sus propuestas digitales son trabajos que se van intercalando, al mismo tiempo, con sus pinturas matéricas, manteniendo un cierto paralelismo, aunque como veremos suponen dos posicionamientos muy diferentes en relación a la acción y plasmación creativa directa e inmediata; dos extremos distantes que en algunos aspectos se entrecruzan o entrelazan con puntos en común. En la muestra solo se exhibe una sucinta representación de sus propuestas en este ámbito, pero definitoria. Una selección de composiciones que van desde 2007 a 2022.

Olga Llamas nos introduce en un juego psicológico y lúdico de proyecciones mentales que el espectador realiza sobre una realidad dada y existente, sobre un plano recargado de manchas cromáticas armoniosas y de tensa energía electrizante. Componentes que se articulan con una gran variedad de construcciones de texturas visuales de forma muy interesante, pero que no tienen nada de creíble o verosímil en relación a una representación concreta y específica de tipo figurativo. Así, por necesidad psicológica, los espectadores construimos de forma intuitiva, dentro de nuestro imaginario, relaciones que nos permiten asociar o reconstruir imágenes nuevas e inexistentes a partir de sutiles, mínimas, fragmentarias y frágiles referencias visuales.

Por otro lado sus imágenes digitales parten de la apropiación y tratamiento de fotografías realizadas por ella misma, algunas captadas en la finca familiar de Alija, centradas en paisajes, detalles de naturaleza u objetos cotidianos sugerentes, que transforma o deconstruye. Posteriormente pasó a escanear sus propios dibujos como base de elaboraciones posteriores, realizando los trabajos de transformación y producción por medio de programas básicos como el Photoshop o Illustrator. En este tipo de propuestas la obra adquiere otra formulación y dimensión muy diferente a la pintura de acción directa sobre el lienzo o tela. Los procedimientos son divergentes, las formas de enfrentarse al acto creativo en cada caso son totalmente diferentes.

Una muestra que recupera en cierto sentido a una de las figuras claves de la pintura leonesa de los años noventa, que mantiene su vigencia con una propuesta de gran madurez y actualidad.

Su tío ya fallecido, el poeta Gaspar Moisés Gómez, interpretó perfectamente con su mirada literaria la obra de Olga Llamas: “Estamos en un mundo completamente onírico, cierto en lo incierto. No busquéis referencias. El mundo es un desierto y todos sus dioses se han confundido en uno para no ser nadie en la creación. Hasta el fin del mundo caminaremos sin pasos. Pero el abismo nos convoca a esa cita a la que es imposible faltar, pues significará la absoluta negación. Por lo que la única referencia es tener ojos para no ver. O ser evidentes y tan puros, que el Otro ha de decir por nosotros la última palabra. Y luego, en cuanto a sus pinturas, los colores y las formas de buscan, hasta que, en un claro encuentro, se expresan, hasta mostrar lo indecible”.

En cuanto a la exposición en la Casa de Cultura de Villablino, habrá multitud de obras para disfrutar de lunes a viernes en horario de 9:00h a 21:00h.