PREMIOS MUJER 2024

Hora de negociar

Tras los resultados de las últimas elecciones municipales se ha corroborado, como aquí apuntamos meses antes, que las terceras fuerzas serían las que inclinasen la balanza a un lado o a otro. En general, Vox ha cobrado un poco de fuerza al contar al fin con concejales en el mapa político de Castilla y León. Pero donde de verdad radica el quid de la cuestión ha sido en los movimientos localistas y regionalistas. ¿Por qué pueden definirse de diferente manera? Pues bien, mientras existen plataformas y partidos independientes que promueven los intereses locales y provinciales, también conviven desde hace muchos años, y más en concreto en León, los partidos regionalistas como la Unión del Pueblo Leonés o Coalición por el Bierzo (antes Partido del Bierzo). Con casi medio siglo a sus espaldas, estos pequeños partidos han insistido en dos ideas básicas que sociológicamente son aceptadas por la mayoría de la población de donde parten, esto es, Castilla y León es una Comunidad autónoma fruto de la unión de dos regiones, el Viejo Reino de León y el de Castilla -curioso- la Vieja. Mucho viejo, por cierto.


Bromas aparte, el Bierzo es una comarca singular y así lo supo detectar José María Aznar para darle un organismo como el Consejo Comarcal del Bierzo que vive a caballo entre la Diputación de León y los municipios. Lo lógico, sensato y más práctico, sería que este organismo se constituyera en una gran comunidad de municipios del Bierzo, y se zanjase definitivamente esa situación de provisionalidad, hasta de sede, de esa institución. Estas cosas son las que dan alas y argumentos a los bercianistas que, siendo ahora llave en varios municipios, venderán cara su piel. Al tiempo.

En cuanto el leonesismo, un sentimiento renovado a cada generación, parecía acorralado en anteriores elecciones, pero en esta ocasión, como fuerza capitalina apoyada por un vetusto medio al uso de tiempos caciquiles, de esos que se desayunan alcaldes a cada mañana por capricho y por que sí, el contar con la llave de la Diputación de León y el Ayuntamiento de León, los ha situado en el centro de atención a nivel provincial y regional. En el fondo, lo que subyace, es un sentimiento de rabia por comparación a cómo les va en otras zonas como Valladolid o Burgos. El eje del progreso en estas últimas décadas.

ABC

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