El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) ha calificado de “fraude” las medidas que ha venido adoptando la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León para la conservación del oso, a la vez que advierte que su población en el área occidental se encuentra en riesgo de extinción.
Fapas, que ha remitido un informe a la Unión Europea denunciando la situación, asegura que a pesar de aprobarse los planes de conservación del oso pardo hace más de 25 años, la población de estos plantígrados en núcleo oriental de la Cordillera Cantábrica se encuentra estancada. Además, desde el colectivo se asegura que, a pesar de las declaraciones realizadas desde la Junta sobre una positiva evolución de la población de oso en los territorios orientales de Castilla y León, sus estudios de campo sólo han encontrado casos de reproducción de osos en la zona norte de Palencia.
Además, se resalta que Fapas, junto a la Universidad de Aveiro de Portugal, va a elaborar un censo genético de osos, a partir de las muestras de material biológico recolectadas durante todo el año, “para tratar de demostrar por medios científicos esta situación que se enmascara permanentemente con datos abultados ofrecidos por la Administración. Actualmente la población oriental cantábrica de oso pardo posiblemente no sea mayor de una veintena de ejemplares”.
En este sentido, se apunta que mientras el núcleo occidental posee más de medio centenar de osas reproductoras ( Asturias, Laciana, norte del Bierzo y Ancares), en sector oriental sólo cuenta con 5 o 6 osas reproductoras confinadas en la montaña palentina y zonas limítrofes de Cantabria.
Para Fapas, la conservación del oso pardo en el área oriental de la Cordillera Cantábrica “ha supuesto el mayor fraude de imagen y resultados en la historia de la conservación de la naturaleza en España. Un fraude que ha tratado de ocultar sistemáticamente la estrategia de intentar vivir permanentemente de los recursos económicos europeos, haciendo del oso un objeto de explotación económica que ahora tiene el resultado que se manifiesta en los trabajos técnicos de seguimiento. El oso se encuentra en serio riesgo de extinción en los territorios orientales de Asturias, ha perdido totalmente su área de reproducción en la comarca leonesa de Riaño y solamente se mantiene un mínimo núcleo reproductor en la comarca de Fuentes Carrionas en Palencia”.
Caza y veneno
La organización también argumenta que la caza y el veneno se ha convertido en los principales factores de muerte de los osos en estos territorios y reseña que en los últimos 16 años se han localizado 24 osos muertos en la Cordillera Cantábrica, de los que 18 se han encontrado e Castilla y León, aunque dicho territorio solo cuente con un tercio de la población total. De los 10 ejemplares pertenecientes a la población oriental, cuatro muertes están relacionadas con el uso del veneno, tres por disparos, uno por traumatismo no natural y otro por “negligencia administrativa”, y del último oso muerto aparecido en el 2015, todavía se desconocen las causas. El 90 por ciento de los casos han tenido lugar en la montaña palentina: un territorio que forma parte de la Red Natura 2000, y en el que se asienta el único núcleo reproductor consolidado de la población oriental.