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Las obras de unos 40 kilómetros de nuevas autovías de Castilla y León no se detienen con el objetivo de que se puedan entrar en servicio en 2018 y poner fin a proyectos históricos, iniciados hace una década, que en conjunto habrán supuesto un desembolso total de 140 millones de euros. Si el calendario que maneja el Ministerio de Fomento no sufre ningún cambio de última hora, las inauguraciones podrían comenzar a partir de la próxima primavera para culminar en la recta final del año.
El departamento que dirige Íñigo de la Serna estima que el próximo ejercicio los conductores podrán estrenar un tramo de la Autovía del Duero (A-11) en la provincia de Soria, el segundo que se pone en servicio; el vial de la A-60 (León-Valladolid) entre Santas Martas y Puente Villarente, y los últimos cinco kilómetros de la A62 (Autovía de Castilla) entre la localidad de Fuentes de Oñoro (Salamanca) y Portugal, con lo que se conectarán las redes española y lusa, a través del itinerario de la IP-5.
Asimismo, Fomento ha ejecutado de medida la mitad de la inversión de estos tres tramos que ampliarán la longitud de la red de alta capacidad de Castilla y León, que ya es una de las más extensas del país. Los planes del Ministerio, que han puesto contra las cuerdas la prórroga presupuestaria, que rigió hasta mitad de año, se han aclarado con la aprobación de las cuentas de este año y los contactos para sacar adelante el proyecto de 2018, que será clave para que pueda cortar la cinta de tres tramos que han sufrido diferentes parones por la crisis y problemas técnicos.
También el horizonte presupuestario permitirá a Fomento no mover de su agenda la fecha de apertura de otras dos importantes obras en 2019, la duplicación de la circunvalación de Segovia y la construcción de un tramo de la Autovía del Duero en Soria. A primeros de ese ejercicio se pondrán en servicio los 15,5 kilómetros de la ronda segoviana, tras una inversión de 45 millones, que ya está ejecutada en un 12 por ciento, lo que equivale a 4,8 millones. A finales del año llegará el turno del vial entre Venta Nueva y el enlace de Santiuste, con un desembolso de 64,7 millones, de los que 15,16 millones ya están gastados.
Por tanto, según las palabras del ministro de Fomento, las infraestructuras vivirán de nuevo una ‘época dorada’ en 2018, fruto del crecimiento económico del primer semestre de este año que rondará el tres por ciento. Según Íñigo de la Serna la buena marcha del país permitirá acelerar las actuaciones comprometidas en comunidades como Castilla y León. “Estos datos permitirán afrontar el año 2018 con optimismo y garantizan que se pueden seguir haciendo inversiones”, aunque “es necesario llegar a acuerdos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado”, afirmó.
A toda máquina
De momento, los trabajos más avanzados son los de la A-60 entre las poblaciones leonesas de Puente Villarente y Santas Martas, ya que alcanzan el 69 por ciento, según fuentes del Ministerio, que consignó en los presupuestos 3,23 millones. El coste total de estos 20 kilómetros alcanzan los 72 millones, por lo que Fomento ya ha movilizado unos 49. Las obras comenzaron hace una década, durante el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, si bien en 2012 se abrieron 7,3 kilómetros hasta la capital, con un desembolso de 39,2 millones. El último tramo de la A-60, Villanubla-Valladolid, se puso en servicio en octubre de 2013.
Fomento cuenta ya con los detalles del proyecto para salvar la ciudad prerrromana de Lancia. Para ello se construirán tres viaductos, marquesinas de protección entre las dos calzadas y un cerramiento perimetral de dos sectores de intervención, y se extenderá una capa de material de 30 centímetros de espesor durante el desarrollo de las obras, que supervisarán un equipo arqueológico.
Tampoco se detienen los trabajos en el ‘tajo’ de los últimos cinco kilómetros de la A-62, en la frontera de Portugal. De momento, Fomento ha ejecutado ya 6,69 millones de euros de este vial, que tendrá un coste de 19,68 millones, por lo que el avance alcanza el 34 por ciento. Para ello, las cuentas de este ejercicio contemplan una partida de 6,9 millones. Las obras comenzaron a principios de 2015, con un plazo de 40 meses, después de que el Ministerio tuviera que anular la anterior contratación y convocar un nuevo concurso.
Igualmente, las máquinas continúan con sus trabajos en el tramo entre San Estaban de Gormáz y la Variante de Langa de Duero, en Soria, puesto que cuentan con 5,73 millones en las cuentas de 2017. Estos 12,8 kilómetros se adjudicaron en 47,88 millones en julio de 2009, con un plazo de ejecución de 39 meses, por lo que en octubre de 2012 debería haber terminado ya. Si bien, sufrió en 2010 una paralización por la crisis que impidió que los trabajos no se retomaran hasta mayo de 2015.
Fomento confirmó a Ical que las obras estarán terminadas a finales de 2018, sin que ponga fecha al resto, aunque había asegurado en 2016 que estarían terminados la mayoría el próximo año, salvo uno -Venta Nueva-Enlace de Santiuste-. De momento, el Ministerio reconoce una inversión ejecutada de 10,07 millones entre La Mallona y Venta Nueva (ocho kilómetros y 25,3 millones), que cuenta este año con 4,12 millones; de 12,81 millones entre Santiuste y la Variante de El Burgo de Osma (8,3 kilómetros y 29,6 millones), que dispone de 6,3 millones, y entre El Burgo y San Esteban de Gormaz (once kilómetros y 28,8 millones), dotado con 3,09 millones.
