En el municipio de Villablino hay ubicados contenedores de reciclaje de diferentes colores. Pero…¿realmente los ciudadanos de la comarca saben qué elementos se pueden reciclar en cada uno de ellos y cuáles no? El Ayuntamiento da todas las claves a través de unos trípticos, bajo el lema ‘Laciana separa y recicla’, que se pueden conseguir en las instalaciones del propio Consistorio en los que se ejemplifican claramente los residuos que son susceptibles de poder ser depositados en cada tipo de contenedor y aquellos que no lo son.
El contenedor azul se utiliza para papel y cartón plegado, pero no para briks, ni pañales ni tampoco papeles sucios de grasas o papeles encerados, metalizados o plastificados. Además, se recomienda depositar los desechos sin grapas, ni espirales o cintas adhesivas ya que facilita el proceso de recuperación y reciclado. En su caso, el contenedor amarillo está destinado a los envases de plástico, envases metálicos y envases de brik.
El contenedor verde se usa para vidrio pero no para cristales en general, lunas de automóviles, ni tampoco bombillas, espejos, cristales de ventana o tubos fluorescentes. Se recomienda retirar las tapas de los envases antes de llevarlos al contenedor -tapas de metal o corchos-.
En el caso del contenedor naranja su uso es para aceite de cocina y doméstico, siempre en botellas cerradas. Es importante señalar que reciclar el aceite de cocina es bueno para no atascar las tuberías de saneamiento, reducir el coste de depuración del agua y no contaminar los ríos. El destino del aceite es la fabricación de biocombustible.
Ya por último, el contenedor de color violeta se utiliza para ropa, calzado y textiles, siempre en bolsa cerrada. Si la ropa está en buen estado -10%- se destina a tiendas de ropa de segunda mano. Si es ropa sin calidad -40%- se vende a pequeños comerciantes de países en vías de desarrollo. Si está muy desgastada -30%-, se destina a procesos industriales. El resto de la ropa -20%- va a un C.T.R -centro de tratamiento de residuos-.