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Endesa avanza en el desmantelamiento de la central térmica de Andorra con la voladura de la chimenea

Para derribar la estructura, de 343 metros de altura, se utilizaron 265 kilos de material explosivo

Mientras sigue a la espera de conocerse el futuro de las torres y chimeneas de la central térmica de Compostilla II en Cubillos del Sil, Endesa, la empresa propietaria de la misma, continúa con el desmantelamiento de otras centrales y este jueves llevó a cabo la voladura de la chimenea de la térmica de Andorra (Teruel).

Para la demolición de la estructura, de 343 metros de altura, se utilizaron 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie, ocho detonadores no electrónicos y 265 kilos de explosivo colocados en la chimenea mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada. Para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión se han instalado en la dirección de caída cuatro piscinas de 220 metros cúbicos de capacidad que contenían agua de lluvia y procedente de los propios procesos de la central.

La voladura ha producido alrededor de 25.000 toneladas de residuos (básicamente hormigón), que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental, según recoge Endesa en un comunicado. Estos residuos serán valorizados en obra al ser usados como material de relleno por su carácter inerte. En cuanto al residuo del hierro que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.

La chimenea de la central tenía 343 m de altura, 23,5 m de diámetro en su base y 9,5 m de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas.

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