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En Sosas de Laciana la fiesta sabe a manteiga

La pedanía lacianiega celebra por sexto año consecutivo su fiesta de la 'manteiga'. Será el domingo 11 de agosto

Cumpliendo con la tradición, Sosas de Laciana celebrará, este domingo 11 de agosto, la sexta edición de la fiesta de la manteiga con la que los vecinos de este pueblo rememoran su pasado, porque es precisamente en esta pedanía donde se halla la única lechería hidráulica artesanal que persiste en España: ‘La Popular’. Y en torno a ella girará la conmemoración ya que habrá visitas -de treinta minutos- a la lechería de 12:00 horas a 14:00 horas y de 18:00 horas a 19:00 horas -donativo de dos euros-, para que lacianiegos y visitantes puedan conocer de primera mano todos los elementos necesarios -la malaser, la feridera, o la desnatadora- para la elaboración de la mantequilla.

Pero la fiesta es mucho más ya que los asistentes podrán disfrutar de un mercado artesanal que abrirá sus puertas a las 12:00 horas. Una hora después, el empresario Abel Díaz -restaurante El Campillo- será el encargado de pronunciar el pregón. Habrá, además, juegos autóctonos, taller de costura a cargo de ‘Tsabores Esmeneiradas’ y de apicultura con ‘De osos y colmenas’ o fiesta de la espuma para los más pequeños -Globosfer-. Y como no podía ser de otra manera, se repartirá la tradicional recha -donada por la cafetería Nagasaki- que estará acompañada por un cortador de jamón. El encuentro de panderos y panderetas tampoco faltará en este día. Será a las 20:30 horas. La jornada festiva concluirá con una gran paella -La Chacinera- y pinchos variados donados por la Junta Vecinal. El baile correrá a cargo de Diego y su acordeón.

La historia de la lechería

Es la única lechería hidráulica que existe en España. Fue en el año 2014, después de 46 años sin actividad, cuando la Junta Vecinal, en colaboración con los vecinos, la pone en funcionamiento como museo. ‘La Popular’ se puso en marcha en el año 1920 y estuvo activa hasta 1968. Se formó una cooperativa donde los vecinos entregaban la leche para transformarla en mantequilla.

Esta mantequilla proporcionaba interesantes beneficios a los brañeros asociados en función de la cantidad y la calidad de la leche aportada por cada uno. Durante la primavera y el verano se producían, diariamente, treinta o cuarenta kilos de mantequilla fresca que luego se vendía a Villager. Desde aquí se distribuía por la provincia y llegaba hasta los establecimientos más selectos de Madrid donde era muy apreciada para la pastelería fina.

La energía necesaria para mover la maquinaría de la lechería de Sosas procedía del agua. Un puerto, hoy desaparecido, la derivaba desde el río hacia una presa o canal por donde se dejaba caer con fuerza sobre el rodezno -rueda hidráulica que accionaba el resto de los aparatos mediante poleas y correas-. La lechería incorporó así ingenios hidráulicos en un proceso a medio camino entre lo artesanal y lo industrial.

En el proceso de elaboración de la mantequilla se utilizaba la centrifugadora -sirve para analizar la riqueza de la leche-, la báscula y el caldero -para pasar la leche y llevarla hasta el calderín-, el horno y el calderín -para calentar la leche y llevarla hasta la desnatadora-, la desnatadora -para separar la nata de la leche-, la feridera giratoria -para transformar la nata en manteiga– y la malaser -finalmente aquí se lava la manteiga-.

 

 

 

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