Es bien sabido que en el Bierzo estamos hechos de otra pasta. De ahí el mosqueo del humorista Dani Martínez cuando el Ayuntamiento de León obvió su sangre leonesa y su ilustre figura en una publicidad turística en el metro de Madrid en la que vendió las bondades de la capital de la provincia con los nombres de los bercianos Luis del Olmo y Leo Harlem. Que luego cada uno se ofendió a mayores por lo que quiso. Que si el periodista y el cómico también son de León porque el Bierzo está dentro de la provincia, que ya de tirar de bercianos no se destacaba el nombre de ninguna berciana… Pero eso no es que me llamara especialmente la atención que también es sabido que tenemos la piel muy fina.
Los bercianos estamos hechos de otra pasta a base de botillo, pimientos asados, manzana reineta, pera conferencia, castañas y cerezas y regada con vino. Pero luego hay de todo también y quien se queda sólo en eso, en ser un zampabollos. Como los que se quejaron esta semana a través de Twitter de la difusión del Proyecto Orbanajo ‘Sin plástico, por favor’ que busca voluntarios para limpiar las márgenes del río Sil a su paso por Ponferrada el próximo domingo 21 de abril. Que qué lamentable que “las personas tengamos que limpiar el río” mientras se preguntaba qué hacen Confederación Hidrográfica Miño Sil y el Ayuntamiento de la capital berciana que no lo hacen ellas. No sé si es que los tuiteros lo que quieren es que las administraciones tomen forma y vayan ellas a limpiar la porquería que “las personas” tiramos al río o que “las personas” no tengamos el deber moral de limpiar nuestra propia mierda, esa que vamos dejando por ahí y nos resulta fea cuando salimos a dar un paseo por la senda del Sil y la vemos acumulada en los remansos.
No sé dónde pillaría la noticia a los ecologistas bercianos, igual seguían en Europa reclamando “tolerancia cero contra la incineración”. Pero seguramente suponga otro disgusto más para ellos después de que la Comisión Europea avale que la cementera berciana Cosmos sita en Toral de los Vados “cumple con los requisitos medioambientales”. Propongo que unos y otros, leonesistas y bercianos, ecologistas y al margen del ecologismo, se sienten a solucionar las desavenencias con limonada y torrijas. Comer y beber no solucionan las cosas pero con el estómago vacío y sed se piensa siempre peor.