Emoción y recuerdo en el 50 aniversario de la marcha atlética a Carrasconte

Justo al esconderse el sol hacía su entrada en la capital de la comarca la marcha atlética al santuario de Carrasconte que este año ha cumplido medio siglo de devoción. Una tradición que nacía a través de un joven lacianiego llamado Abilio Cadenas y que ha sido respaldada, cada año y sin interrupción, por cientos de personas.

La primera de las marchas se gestó con el apoyo de Jesús Torre, por aquel entonces edil de Fiestas y Deportes del Ayuntamiento de Villablino. Otro de los precursores de la iniciativa fue Óscar Travieso, corredor de la marcha y también miembro de la Comisión de Fiestas de esa época. Junto a ellos, José Manuel Villar -profesor-, encargado de escribir y dar lectura a la ofrenda que se otorgó a la Virgen en esa primera marcha atlética.

Medio siglo después, Abilio Cadenas, Óscar Travieso, José Manuel Villar y Luis Miguel Torre -hijo del ya fallecido Jesús Torre- han sido los encargados de portar, en el transcurso de la marcha -a su paso por la zona de La Plaza-, la corona de flores y también de depositarla en el altar del santuario. Un bello reconocimiento a aquellos hombres impulsores de una tradición que se ha mantenido con el paso de los años.

Pero no han estado solos. Les acompañaba un importante grupo de lacianiegos, quienes, un año más y con antorcha en mano, han llegado corriendo al santuario de Carrasconte. Por creencia, por tradición o por cultura. El recorrido partió desde la localidad de Caboalles de Arriba, y atravesó, como siempre, los distintos puntos del municipio en los que se sumaron más corredores.

Durante todo el día de hoy, 15 de agosto, se sucederán numerosas peregrinaciones hacia el santuario para cumplir alguna promesa o pedir la intersección de la Virgen en los deseos de aquellos que la visitan. Es un día de misa, de ofrendas florales y limosnas, de comida campestre y visita obligada a los tradicionales puestos. Pero sobre todo es un día de tradición en el que se canta aquello de: ‘Virgen de Carrasconte, carrascontina que, entre Babia y Laciana estás “ponida…”’