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La festividad de Santa Bárbara quedó celebrada a lo grande. El Festival de Exaltación del Fisuelo, que conmemoraba esta fecha tan señalada en el calendario, resultó ser todo un éxito.“Un éxito total por la participación. Ha sido un día de celebración y de festejo en el que toda la sociedad lacianiega se reencontró para celebrar nuestra patrona“, defendió el alcalde, Mario Rivas, al finalizar la jornada. El primer edil confía así en que el evento “pueda perdurar en el tiempo”. Ha sido mérito, defendió, de todos aquellos “que nos han acompañado y han hecho grande este día”.
Y es que Ayuntamiento de Villablino, como anfitrión y organizador del Festival, mimó cada detalle del polideportivo municipal, escenario en el que se celebró el evento culinario. Sillas y mesas engalanadas, cortinaje a la altura de las circunstancias, ropero gestionado por las mujeres de la asociación Buen Verde.
Por el photocall pasaron muchos lacianiegos que entre risas quisieron inmortalizar el momento. Bailaron al son del grupo Beatriz hasta altas horas de la madrugada, porque la fiesta se prolongó hasta bien tarde. Vibraron, durante veinte minutos, con la imponente voz de la soprano leonesa Rut Marcos que, junto a Raquel Sutil al piano, homenajeó a la lírica española. Se emocionaron con el tributo que el Ayuntamiento rindió a los mineros nacidos en los años 1950 y 1951.
De forma sencilla y breve, el homenaje repasó la vida de Clementino Menéndez, Antonio Orihuela, Joaquín González, José Luis Souto, Ángel Barreiro, José Manuel Moncó, Jesús Salvado, José Luis del Castillo, Norberto Jovellar, Antonio González, Juventino Carballido, Vicente Fernández, Julián Álvarez, Laudelino Argüelles, Manuel Fernández, Arsenio López, Juan José Martínez, Manuel Álvarez, Felipe Cadenas, José Antonio Vicente, Manuel Valín, Constantino Díaz, Juan Bernardo, David Díez, Balbino Salgado, Manuel Díez, Agustín Mantecas, Julián Mínguez, José Machado, Manuel Brañas, Luciano Leiguarda, Aurelio Fernández, Pedro Lorenzo, Alejandro Cibrian, José Magalhaes y Marcelino García.
La cena
Aproximadamente una treintena de mesas albergaron a los comensales. Degustaron un delicioso menú elaborado con cariño por el lacianiego, Baldomero Sánchez, gerente de la empresa de catering Propon Eventos. Y los platos gustaron.
Con el fisuelo como claro protagonista, la mezcla entre tradición e innovación gustó. Codillo asado in situ en el polideportivo municipal de Villablino y regado por una salsa japonesa a la que se le añadió fisuelo. Entrantes colocados con maestría: rollitos de cecina con membrillo, mini ensalada de rulo de cabra, manzana reineta asada, nuez y crostinis de fisuelo, vasito de brandada de bacalao, tosta de centeno con vinagreta de frutas del Bierzo y ceviche de salmón con pera conferencia y torrezno.
Tampoco falló el postre, el esperado fisuelo elaborado por las mujeres de la asociación Buen Verde, acompañado por el delicioso helado artesanal confeccionado por el equipo de Baldo.
Y a esta importante cita culinaria no faltaron cargos políticos e institucionales, como el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, el vicepresidente de Diputación para El Bierzo, Alider Presa, la vicepresidenta cuarta en Diputación, Carolina López, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, el procurador del PSOE por Segovia, José Luis Vázquez, la alcaldesa de Bembibre, Silvia Cao y el alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo.
Brillante discurso de las mantenedoras
Tras ser recibidas primeramente en el Ayuntamiento de Villablino, firmar el libro de visitas y recibir como obsequio una lámpara minera, las mantenedoras de la primera edición del Festival del Fisuelo, las actrices Candela Serrat, hija menor del cantautor Joan Manuel Serrat, y Cristina Abad, brindaron al público un emotivo discurso.
Comenzaron reconociendo haber descubierto una tierra en la que las manos de los mineros “escribieron con negro azabache una parte importante de la historia energética de nuestro país”. El sector de la minería, admitieron, ha llevado por bandera “la lucha de sus derechos y la unión de sus trabajadores y un arraigado sentimiento común de respeto y orgullo a vuestras raíces”.
Confesaron también no poder “ni imaginar la dureza de esta profesión. No somos capaces de ponernos en vuestra piel cuando la fatalidad os tocó de cerca y la mina sesgó la vida de muchos de vuestros compañeros”. Por eso, siguieron diciendo, los lacianiegos son “dignos de admirar”, son “fuertes, valientes y luchadores”.
También tuvieron palabras para la gastronomía lacianiega. “Sabemos que se compone de una mesa llena de sabor y tradición” y aludieron al fisuelo, “un exquisito dulce, comedido porque no empalaga, familiar porque agradece la compañía de un chocolate o un café y humilde porque su receta se compone de ingredientes básicos”.
Por último, las mantenedoras se mostraron “encantadas” de poder disfrutar de “este delicioso menú y de haber conocido el valle de Laciana. Es un pedazo de paraíso lleno de recursos y de una belleza que impresiona. No mentimos si decimos que nos hemos quedado prendadas de este lugar”, terminaron diciendo.
Las intervenciones institucionales
A las palabras de las mantenedoras, le precedieron el discurso del alcalde, Mario Rivas, y del edil, Ángel Gutiérrez, así como el que las concejalas Pilar Carrasco y Natalia García dedicaron al público antes del homenaje a treinta y seis mineros nacidos en los años 1950 y 1951. Como presentadora, la gala solidaria contó con una maestra de ceremonias de lujo, la escritora lacianiega Mercedes Fisteus, quien fue conduciendo el evento dando paso a las diferentes intervenciones y actos.
El regidor, Mario Rivas, dedicó palabras a la minería. “Siempre es especial honrar nuestro pasado minero y a las familias del carbón como pieza clave en la historia de nuestro valle”. Y también se refirió a la gastronomía de la comarca. “Una gastronomía creada en las casas, en las familias que durante los últimos cien años fueron los hogares de todos esos mineros”. Hogares, continuó diciendo, “creados y sustentados por mujeres con xeitu que actuaban al mismo tiempo como gestoras, cuidadoras, madres, cocineras, ganaderas, emprendedoras o costureras”. Porque, en palabras del primer edil, una sociedad minera está formada por los mineros pero también por sus familias y “por todos los demás comercios, sindicatos, asociaciones y proyectos que convierten un territorio en una comarca rica y próspera”.
La minería, concluyó diciendo, “nos dio mucho. Nos permitió crear una sociedad próspera y un gran lugar donde vivir”. Por eso, apeló a “trabajar para el futuro, para conservar el legado de todas esas grandes familias, solidarias y valientes, que nos dieron lo que hoy tenemos”.
Fue el concejal Ángel Gutiérrez, quien, al ritmo de Miguel Ríos, dio la bienvenida a todos los asistentes al acto y abogó por dar continuidad al evento, para que así llegue a tener la trascendencia, a nivel provincial, que ostenta el Festival del Botillo de Bembibre. “Santa Bárbara no tiene color político”, remarcó el edil de Fiestas, “el único color que tiene Santa Bárbara es el color de la sangre de todos los mineros que a lo largo de la historia de la minería han dejado su vida. Ese es el único color“.
La edil, Pilar Carrasco, comenzó su discurso aludiendo a la emoción que produce cantar o escuchar ‘Santa Bárbara Bendita…’. “Es algo que llevamos en el ADN, sangre minera que decimos, algo que nos une de una forma muy especial”. Asimismo, se mostró orgullosa de “pertenecer a esta gran familia que se formó gracias a la industria del carbón. Debemos estar agradecidos a los hombres y mujeres que nos preceden porque han construido la sociedad en la que vivimos”.
Por su parte, la concejal, Natalia García, dedicó palabras a los mineros, “rudos por su trabajo pero grandes y generosos de corazón, en una tierra que entre negra y verde ha forjado su destino con tesón, fuerza e ilusión, con un pasado que no olvidaremos, un presente y un futuro que viviremos con su ejemplo”.
Y así, por Santa Bárbara y por la gran familia minera del valle de Laciana, brindó anoche la comarca, que supo festejar, como se merece, una festividad que no puede ni debe caer en el olvido. ¡Que viva Santa Bárbara!. ¡Que viva el valle de Laciana!.
El día en imágenes por Iván Kalax
Yo que no pongo casi nunca un 10,a este evento le pondría un 12, una organización impecable, la cena de lujo y bien servido, Baldo, se esmeró para que su comarca degustara su buen hacer. Los participantes en su justa medida para que no resultara pesado, la soprano increíble y Beatriz puso el remate final con su actuación.
Que se repita otros muchos años.
Superó mis expectativas… Felicitar a todos y cada uno de los responsables de este evento y desear… y comprometernos todos a su continuidad. Enhorabuena por todo
Todo de diez, el trabajo realizado fue excelente, la presentaciòn del acto , excelente, de la cena que decir, me encantò .
Muchas gracias todos los que tubieron algo que ver con el 1* festival de la esaltaciòn de fisuelo, ! esto tiene que continuar !
Mil gracias
!! Viva Santa Bárbara !!
!! Viva Villablino !!