PREMIOS MUJER 2024

El valle cumple con la tradición de la Ferina

Cerca de doscientos puestos ambulantes se hicieron, desde primera hora de la mañana, con la avenida del Bierzo de la capital lacianiega

Bajo un espléndido sol, los lacianiegos han cumplido con la tradición de la Ferina, esa muestra que se celebra un mes después de la gran Feriona del 12 de octubre. Pese a ser un mercado con dimensiones mucho más reducidas, alrededor de doscientos puestos ambulantes, procedentes mayoritariamente del norte de España, se dieron cita, desde primera hora de la mañana, en la avenida del Bierzo de la capital lacianiega.

Frutos secos, los ajos para la matanza, los incondicionales pijamas y calcetines, artículos textiles por doquier, calzado y productos artesanales centraron esta cita, que, por ser viernes y coincidir en fecha con el mercado semanal de Villablino, también acogió algunos puestos de frutas y verduras y embutidos. Tampoco faltó la pulpería, en la que poder degustar el plato estrella del día, presente también en los restaurantes de la zona y bien seguro que en muchos hogares lacianiegos.

Y respecto a las ventas, la mayor parte de los comerciantes coincidieron en señalar a Laciana Digital que “habían estado flojas”. Es lo que relató, entre otros, el responsable de un puesto de ajos procedente de Navia -Asturias-, quien admitió que hace dos años, en la última Ferina, había vendido “muchísimo más”. Sin embargo la pulpería ubicada en la muestra aseguró haber tenido el mismo número de comensales que viene siendo habitual en la feria del 12 de noviembre.

Notoria fue la ausencia de animales a la venta en el recinto ferial de Villablino, una circunstancia que se repite año tras año y que pone de manifiesto que la Ferina ha perdido su esencia ganadera, si bien es cierto que quince años atrás eran alrededor de doscientas cabezas de ganado las que se contabilizaban en el mercado de ganados tal día como hoy.

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