Es una estampa que se repite cada año. La presencia del plantígrado en el casco urbano de la pedanía de El Villar de Santiago no es nada nuevo para sus vecinos. De hecho, este mismo verano, como tantos otros, fueron muy frecuentes sus visitas a los frutales de los habitantes de esta población lacianiega para empacharse de cerezas. Pero desde hace quince días para acá, el oso, parece ser que un oso joven, deambula noche sí y noche también por los árboles de los vecinos. A su paso destroza verjas para acceder a los manzanos y deja pelos y otras señales, como las marcas de sus garras en los troncos de los árboles, que ponen de manifiesto sus visitas nocturnas. El alcalde pedáneo, Miguel Ángel Álvarez Maestro, explicó que la situación ha sido denunciada ante la Junta de Castilla y León; administración a la que ya se han transmitido los daños ocasionados por el plantígrado.