PREMIOS MUJER 2024

El ecologismo tiene que cambiar de nombre

1. Líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos
para alimento de sus crías.

2. Leche de algunos animales que se emplea como alimento de las
personas.

3. Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas.

4. Cosmético de consistencia espesa, generalmente de color blanco.

Eso dice nuestra querida Real Academia de la Lengua Española que quiere
decir la palabra Leche, pero el lobby (grupo de presión, según esa misma
RAE) de la primera de las acepciones está nervioso y ya se sabe que
donde manda el dinero no manda marinero, así que hace un tiempo que
habréis visto “Bebida de soja” pero no “Leche de soja”, porque dice la
Unión Europea que ese término se lo pidieron primer los ganaderos.

Ahora andan detrás de pasar de nuevo del significado de las palabras y
que no se pueda llamar salchicha o hamburguesa a productos vegetarianos
o veganos.

Es que los carniceros también andan nerviosos y también pueden mucho, y
estos además tienen cuchillo.

Van a dar igual esas chorradas de nombres, y hasta tienen su gracia
porque ya parecen movimientos desesperados a pesar de que aún casi todo
el mundo se ríe de las recomendaciones de la mismísima ONU de que una
dieta vegana podría salvar el mundo… del hambre y de la propia
sobreexplotación que nos está conduciendo a la debacle.

Bueno, y qué decir del anuncio de la OMS de que la carne roja y la
procesada son cancerígenas ¡Los festivales de carne que se prepararon
para burlarse del anuncio! Había gente que hacía quedadas por Facebook
para celebrar una botillada, alardeando de ese gesto cuyo equivalente
podría ser el anuncio de que hay que tener cuidado con el fuego y hacer
quedadas para sacar brasas de una hoguera -¡Pa macho yo!-.

Pero la moda de la alimentación vegetal ha llegado para quedarse.
Recuerdo, cuando empecé con mi eticarianismo, que al principio casi no
sabía ni qué comer y que me lo tuve que currar para cambiar por completo
mi recetario de cocina.

En solo cuatro años se ha multiplicado exponencialmente la oferta de
productos vegetales _(Ver, por ejemplo: eticarianismo.com.es >
Productos-Ejemplo)_ y ya hay hamburguesas, salchichas (como suena), etc
tan ricas como las de animales muertos y hasta mejores nutricionalmente
(¿Sabéis que lo de que las proteínas animales son las buenas y las
vegetales no valen es un cuento? ¿Sabéis que los veganos, incluso
atletas, viven tanto como los demás humanos? Ná, dejadlo que no
convienen estas informaciones no vayamos a perder argumentos para seguir
matando animales a degüello).

En fin, que igual es despiste mío pero no he visto meterse con el uso de
“artesano” y “casero” para vender mejor todo tipo de productos
igualmente industriales como magdalenas con más números que palabras
entre sus ingredientes… y ahí sí que la RAE no deja lugar para que nos
la peguen así, pero claro con esa disyuntiva no golpean nuestra
conciencia.

Y digo yo, que podíamos los ecologistas ir buscando otra palabra para
definirnos porque ésta está ya tan sobada y maltratada que ha perdido el
significado. De hecho ahora son los cazadores quienes se autodenominan
los auténticos ecologistas.

-¡Pero cómo van a ser los cazadores los amantes de la naturaleza si se
lían a tiros con ella!- grita alguien.

-Sí, amigos y amigas, recordad que amores reñidos son los más queridos-
responde otro alguien.

Esos que tienen que repoblar perdices o conejos para seguir matando, o
que tras matar 13 jabalíes un finde y 9 al siguiente, luego se quejan de
que hay pocos porque dicen que dijeron que hay lobos.

Lo que pasa es que igual nos prohíben también dejar de usar el término
ecologismo, porque ¡Anda que no mola meterse con los ecologistas, eh!

Somos el chivo expiatorio para la mitad de los males, y si algo no gusta
se le puede colgar la etiqueta de ecologista con tal de meterse con
ello, aunque no tenga que ver.

Si un policía o un médico sale rana, es un caso aislado (y lo es), pero
si un ecologista se pasa de vueltas (cosa que también pasa, por
supuesto), es excelente argumento para meterse con todo el movimiento…
ese gracias a cual aún tenemos la mierda por debajo de la barbilla y no
nos hemos ahogado ya en ella por nuestro desenfreno contaminador y
exterminador.

Bueno, os dejo que me llama el delicioso olor de un guiso 100% vegetal.

(Oigo la típica gracia de -Vete a comer césped-, que es tan ridículo
como decirle a un carnívoro -Vete a comer pelo-)

PD

Dejando la ironía ya, la comida vegetal rica y nutritiva existe: solo se
trata de saberla cocinar.

Tomás Vega Moralejo

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