PREMIOS MUJER 2024

El Bierzo ante el espejo

Después de varios meses de infructuosos contactos y diversas reuniones tendentes a conseguir apoyos para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, amén de intentar rebajar la tensión entre Moncloa y El Palau de la Generalitat, el Gobierno de España ha tomado conciencia de la imposibilidad de reconducir el discurso de los secesionistas catalanes hacia posturas acordes con la Constitución. Ante tal escenario, y después de la masiva manifestación del domingo día 10 de febrero en Madrid, en la que se escenificó la entente entre PP y Ciudadanos en la defensa de la soberanía nacional, así como la imparable irrupción de VOX en la política nacional, el adelanto de las elecciones generales parece cada vez más próximo. La repercusión que esto pueda tener para Castilla y León en general y para El Bierzo en particular está por ver, así como el papel que nuestra Comarca pueda representar en el complicado juego de intereses que están en marcha. A la vista de este panorama, dos conclusiones pueden extraerse sin miedo a equivocación.
La primera, la confluencia de elecciones autonómicas, municipales y europeas es posible que traiga una importante remoción en las personas que ocupan los cargos públicos de concejales, alcaldes y diputados autonómicos. Por tanto, será difícil que las actuaciones y demandas realizadas en favor de políticas favorables a la creación de riqueza y empleo en El Bierzo puedan mantenerse si los interlocutores varían. La segunda, que si a esto le añadimos una complicación más como son unas elecciones generales, el panorama, que ya es de por si enrevesado, se volverá totalmente caótico e impredecible, pues está claro que la estrategia a seguir por los partidos políticos a nivel municipal y autonómico girará en torno a los intereses de los partidos políticos a nivel nacional para formar gobierno.
¿Qué podemos esperar las bercianas y los bercianos de esta nueva coyuntura, avocados a un “superdomingo” electoral y con un más que probable adelanto de elecciones generales? Lamentablemente, nuestras opciones siguen siendo tan escasas como antes.
A pesar de los tan reiterados intentos de crear un plan de reindustrialización para El Bierzo por parte de las diversas fuerzas políticas, tanto de ámbito regional como municipal y autonómico, y a pesar de las masivas y sonoras manifestaciones vividas en los últimos tiempos por la sociedad civil berciana reclamando alternativas para nuestra tierra, la verdad es que desde Valladolid y Madrid lo único que llega siguen siendo vagas promesas y proyectos manifiestamente irrealizables en el corto y medio plazo. La dura realidad es que poco podemos esperar en El Bierzo salvo lo que podamos hacer desde aquí con nuestros propios y escasos medios. La crisis del año 2007 fue la puntilla final al proceso de descomposición de un tejido económico y productivo en El Bierzo, que ya se vislumbraba años atrás, manifiestamente obsoleto y con poca viabilidad a futuro. Acostumbrados industrias intensivas en creación de empleo como son los sectores industriales y mineros, no hemos acertado a ver en los últimos veinte años que la nueva Revolución Industrial (la cuarta a decir de los expertos), que consiste en una transformación digital de todos y cada uno de los segmentos de la economía, produciría que los principales motores de crecimiento de nuestra comarca quedasen tan obsoletos como quedara a finales del S.XIX el transporte tirado por animales frente al ferrocarril. Y esto es solo el principio, puesto que las estimaciones más conservadoras nos indican que en veinte años, más del sesenta por ciento de las actividades laborales y profesiones de hoy, serán ocupadas por máquinas o directamente desaparecerán. ¿Estamos formando hoy en día a los jóvenes bercianos en profesiones que pronto desaparecerán o serán digitalizadas? Puede que con la actual oferta formativa estemos lanzando a nuestras nuevas generaciones a una batalla sin las armas adecuadas. Hemos perdido la batalla de la transformación económica, y puede que estemos perdiendo la de la enseñanza para un futuro digital.
Por eso, las llamadas a la reindustrialización de El Bierzo, en manos de diferentes grupos y fuerzas políticas de diversa índole, son el canto de cisne de un mundo que ha dejado de existir, destinados a mantener la calma entre la tripulación de un barco que inevitablemente se hunde. Cuanto antes tomemos conciencia los bercianos y bercianas de que NUNCA va a haber un proceso de reindustrialización que resucite carbón y siderurgia, consistente en la creación de grandes fábricas intensivas en la contratación de mano de obra industrial, ni vendrán obras faraónicas para desarrollar sectores muertos y enterrados, más pronto que tarde estaremos preparados para afrontar el futuro con una mínima garantía de éxito. Identificar y asumir el problema, es la primera parte de la solución. Por desgracia, no es la última. El largo y arduo camino de la recuperación no va a pasar por la tan reclamada reindustrialización de viejos sectores. Por muchas autovías o trenes de alta velocidad que se construyan, enlazando El Bierzo con diferentes puntos de la geografía del norte de España, no conseguiremos dinamizar la economía berciana, porque las autopistas que requiere El Bierzo del siglo XXI no son de asfalto, ni las vías férreas han de ser para de alta velocidad. Ese tren ya pasó hace más de 30 años y lo perdimos. Creer que va a volver a pasar y nos va a llevar a buen destino es engañarse a uno mismo. Así no lo conseguiremos.
Las infraestructuras, y los trenes, y las autovías que necesita El Bierzo, para poder salir airoso de este proceso de desindustrialización y cambio de paradigma económico en el que nos encontramos, son las que vienen de la mano de las nuevas tecnologías y concretamente de la transformación digital. E igual que El Bierzo fue pionero en la industrialización española, en la época de Julio Lazúrtegui en el intento de crear una nueva Vizcaya en el noroeste de España, lo que debería reclamarle la sociedad civil a las diferentes fuerzas políticas de todos los ámbitos es la transformación de El Bierzo en la Silicon Valley del norte de España, haciendo una decidida apuesta por una inversión seria y sostenible en infraestructuras e industrias que estén a la vanguardia de los procesos de transformación tecnológica y digitalización de la economía. Esa es la Revolución Industrial que tenemos pendiente en El Bierzo. Esa es la reindustrialización que El Bierzo necesita y no otra. En el momento en que todas las fuerzas políticas, sociales y económicas de la comarca entiendan que se acabaron las fábricas con chimeneas echando humo que empleaban a cientos o miles de personas, que se acabó el carbón, que se acabó la siderurgia y que el futuro pasa por subirse al tren de la transformación y la digitalización, estaremos más cerca de solucionar los graves problemas de desempleo y precariedad económica que hay en nuestra comarca. Todo lo demás son inútiles cantos de sirena.
Por lo tanto, habiéndose cumplido el pasado día 30 de enero el 150 aniversario del nacimiento de Julio Lazúrtegui, es un buen momento para buscar entre los bercianos y las bercianas el nuevo Lazúrtegui que impulse la economía del siglo XXI, subiéndose a la Cuarta Revolución Industrial, que es el sino de los tiempos que nos han tocado vivir. Cuanto antes lo hagamos, antes lograremos que El Bierzo vuelva a ser el motor de pujanza y bienestar que fue antaño.

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