PREMIOS MUJER 2024

Días de desmemoria

Todo comenzó con el relator y terminará con la orden de sacar a Franco del Valle de los Caídos. Vaya semana. Relator, rebelión de los barones socialistas, cabreo en la oposición, pulso de los independentistas catalanes, manifestación de la derecha en Madrid, inicio del juicio por rebelión contra los independentistas, globo sonda de convocatoria inmediata de elecciones generales, debate de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos generales del Estado y orden de desalojo de los restos de Franco de su faraónica tumba. Y todo esto en apenas una semana. La política española ha entrado en un bucle infernal.  Han pasado tantas cosas en tan pocos días que ya nadie se acuerda del relator como el detonante de esta situación. De vértigo.

Y los políticos enfrascados en sus estrategias de la búsqueda de la mayor rentabilidad a corto plazo se autoalimentan con declaraciones que cada vez necesitan más dosis de dinamita para que alguien les haga caso. Salvo los periódicos, claro. Viven de eso. De crear una realidad artificial. Una vorágine que oculta la realidad cotidiana de los políticos de primera base, de los concejales y alcaldes, preocupados por entrar en listas electorales, esfuerzos que son tapados por la enorme humareda de la polémica política nacional. Ya se puede partir el lomo, por ejemplo, el socialista José Antonio Díez enseñando todos los días a través de las redes sociales los defectos de la gestión del alcalde, Silván, que lo que la gente discute en la barra de los bares, auténtico hemiciclo democrático, es si esos de Vox le van a comer la tostada a los del PP. ¿Y quiénes son esos de Vox en León? Y los parroquianos de las barras de los bares encogen los hombros porque les da igual. Ellos debaten de tendencias y de siglas, no de personas. A los de PP y del PSOE ya los conocen y los han descontado de sus debates. Ni les importan. Hasta ya pasan de los de Podemos. La moda es Vox. Y, claro, Cataluña. La próximas elecciones se van a dirimir en base a lo que suceda en Cataluña y a cómo vayan respondiendo a ese desafío cada uno de los partidos a nivel nacional. Por primera vez en mucho tiempo, en estas elecciones del 26M va a pesar menos la realidad local que la nacional. Salvando las distancias, casi como en el 31, cuando unas elecciones municipales echaron a la Monarquía.

Y en el centro de este gran bucle, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien no para de improvisar y, sobre todo, de explicar mal sus decisiones. Qué mal comunica este Gobierno. Ahí está el ejemplo del relator, término utilizado para enmascarar el sentido del mediador. ¿Por qué tanto miedo a las palabras? Mediador, pues mediador. Siempre los ha habido y los habrá para intervenir en situaciones extremadamente complejas y atascadas y, sobre todo, para fomentar una práctica que nunca se debe olvidar: el diálogo. El diálogo fue la herramienta eficaz de la Constitución del 78 y de los Pactos de La Moncloa. Qué pronto nos hemos olvidado de la imagen de un derechista y franquista como Fraga negociando en tirantes con un Carrillo comunista y fumador empedernido. Las dos Españas reconciliadas y ahora, cuarenta años después, se estigmatiza el diálogo. Y se utilizan, otra vez, las banderas como armas arrojadizas.

 

 

 

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