El lacianiego Miguel Ángel Álvarez González puede presumir de ser actualmente el preparador físico de la selección china de fútbol playa. Una aventura a la que se enfrenta desde enero. Su trabajo consiste “en mejorar el rendimiento de los jugadores y su adaptación al medio, para que estén en las mejores condiciones posibles para competir”. Concretamente prepara a la selección absoluta masculina, integrada por jóvenes con edades comprendidas entre los veinte y los treinta y tres años. “Yo soy el encargado de prepararles para los distintos torneos que se celebran. Uno de ellos, por ejemplo, en Arabia contra otras selecciones”. De hecho, el equipo ya participó en un clasificatorio para el mundial disputado en Tailandia, si bien es cierto, apunta, “el objetivo no era clasificarse puesto que es un proyecto que acaba de nacer”.
Y así a caballo entre España -actualmente reside en Mallorca- y China vive este lacianiego desde principios de año. Para él, una oportunidad de “disfrutar de la experiencia a nivel personal y profesional y aprender lo máximo posible” porque en el fondo no deja de ser todo un reto, tal y como él mismo admite, ya que ha de gestionar a un grupo de deportistas “con unos hábitos y costumbres muy distintos a los nuestros”. Aún así considera que “al final, lo que nosotros proyectamos en nuestro trabajo es lo más efectivo, lo que les va ayudar a mejorar en su rendimiento”.
Respecto al país asiático, a su cultura y a su gastronomía, el lacianiego reconoce que la comida es lo que peor lleva “pero siempre hay algún lugar en el que puedes comer bien”. De China se queda con sus ciudades “que son espectaculares”, y con el trato con los jugadores a los que entrena “nos aprecian mucho y la relación con ellos es muy cercana”. Problemas de comunicación con los deportistas tampoco ha habido ya que “disponemos de una traductora china con la que hablamos en inglés y nos va traduciendo” aunque entre bromas confiesa que se defiende “un poquito con el idioma, ya me aprendí algunas palabras en chino aunque es una lengua muy díficil”.
Pero… ¿cómo ha acabado este lacianiego en China?
El lacianiego Miguel Ángel Álvarez vivió durante dieciséis años en Villablino, concretamente en el barrio de Colominas. Después se trasladó a vivir, junto con su familia, al municipio de Oleiros -La Coruña- donde cursó sus estudios de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas -TAFAD-. Más tarde comenzó a trabajar en centros deportivos gallegos y también para la Federación Española de Fitness y Aerobic de Coruña “impartiendo cursos y seminarios por España”, puntualiza.
Su afición por el fútbol la tiene “desde siempre, de hecho de pequeño jugué en las categorías inferiores del Laciana y en Coruña jugué en equipos de tercera división, y también en la selección gallega de fúbtol playa”. Pero su gran ascenso en el mundo del deporte llegó de la mano del centro deportivo ‘Rafa Nadal Sport Centre’ situado en Mallorca. Allí trabajó durante año y medio en el área de Fitness como monitor de actividades. Es más, admite tener una buena relación con el tenista.
Lo que sí tiene claro, es que en todos aquellos sitios en los que ha estado, Oleiros, Manacor y ahora China, “siempre han sabido el nombre de mi tierra natal y lo bonito de sus parajes”, confiesa Miguel Ángel Álvarez quien ya planea una visita a la comarca en el mes de agosto. “Me gusta la montaña, siempre me llevo amigos para hacer rutas y aprovechar la naturaleza que puede ofrecer la comarca y todos ellos quedan encantados”.