Dan comienzo las pruebas periciales que podrían resolver el crimen de Sheila Barrero

El caso del asesinato de Sheila Barrero comienza una nueva fase que podría resolver el crimen. Este mismo martes se han iniciado las pruebas periciales, solicitadas por la Fiscalía dentro del proceso de instrucción que se sigue en el Juzgado de Cangas del Narcea -Asturias-, con la declaración por videoconferencia de un médico jefe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de la Guardia Civil y se ha fijado para mañana, miércoles, las declaraciones de tres agentes del departamento de Química del Servicio de Criminalística.

La propia delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, ha confiado en que las pruebas periciales que se practicarán a partir de este martes contribuyan a la “pronta resolución” del asesinato, hace quince años en Degaña, de la joven Sheila Barrero. Losa ha explicado que, ahora que la ciencia ha avanzado “muchísimo”, desea que la muerte de “una chica joven” se resuelva “pronto”, pero ha reconocido que sólo “el tiempo y la investigación nos lo dirá”.

Sheila Barrero fue asesinada el 25 de enero de 2004 -en la Collada- cuando regresaba a su domicilio en la localidad asturiana de Degaña tras finalizar su jornada como camarera en un pub de Villablino. La autopsia constató que la joven recibió un disparo efectuado a quemarropa desde el interior del propio vehículo con un arma corta

La instrucción se reabrió a raíz de un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil donde se recogen los resultados de los análisis de las pruebas recogidas en el lugar del crimen, con la aplicación de la tecnología más avanzada por lo que el informe expone los resultados obtenidos con los nuevos avances tecnológicos que han permitido, quince años después del crimen, analizar, entre otras pruebas, una partícula hallada en la mano derecha del exnovio de la víctima, B.V, que supuestamente coincide con la muestra localizada en el casquillo de la bala que mató a la joven. Además también se habrían encontrado coincidencias entre una chaqueta suya y una fibra hallada en una bufanda que apareció en el coche de la víctima.