J.A. La enseñanza se impone en los campamentos de refugiados del pueblo saharaui, en el desierto argelino, a la falta de transporte y la carencia de material escolar. A pesar de las dificultades que entraña prestar este servicio en un territorio inhóspito y sin infraestructuras, los niños demuestran un gran interés por su formación, una vía para que los jóvenes “no pierdan su futuro”.
Éste es el mensaje que transmitió el profesor de español en el centro de secudnaria Said Sagyer de El Aaiún Mohamed Brahim a la delegación de Castilla y León, que visita estos días la zona. Formado en Cuba durante años, destacó que no disponen de un sistema de transporte que traslade a los chicos hasta la escuela, lo que obliga a algunos a recorrer entre cinco y diez kilómetros. Todo ello se complica en el invierno, cuando el horario lectivo es de 08.00 a 13.30 horas.
En este sentido, el profesor explicó que algunos chicos llegan tarde, pero se lo permiten ante las dificultades que tienen para acudir a los centros educativos. Destacó el compromiso de las familias con la formación de los jóvenes, ya que aseguró que son conscientes de que se juegan su futuro. “Necesitan estudiar todo”, dijo y añadió: “Todo es posible”.
Asimismo, Mohamed Brahim relató que en su centro, que sigue la estructura de las edificaciones de los campamentos, con barro u bloques de cemento y tejados de uralita, no dispone de corriente eléctrica. Las aulas, sin puerta y con las ventanas abiertas a un gran patio, en el que ondea una bandera saharaui en medio de un mar de arena, disponen de lo justo, una pizarra, sillas y mesas. También escasean los bolígrafos, cuadernos y libros, lo que se resuelve con el interés por aprender.
El profesor advirtió de que la formación en ciencias es muy difícil porque no tienen un laboratorio donde los alumnos puedan aplicar los conocimientos teóricos. De hecho, los mejores tienen posibilidad de continuar su formación superior en Argelia o en España, Cuba o Venezuela, a través de los convenios entre la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y estos gobiernos.
Brahim recordó que él tuvo que formarse en Cuba, un país con el que destacó comparten estilo de vida y su alegría. Ahora, los campamentos disponen de un centro pedagógico y también de un instituto para periodistas. Además, los jóvenes pueden cursar ciclos medios para aprender una profesión, como por ejemplo mecánico, un trabajo con futuro en los campamentos, donde los coches tienen varias décadas.
El profesor de español subrayó la importancia que tiene para los saharauis la educación, que recalcó es una puerta a una vida mejor, si bien en los campamentos las posibilidades de trabajo son escasas. También destacó que los niños aprenden español desde pequeños, junto con el inglés y el francés, además del árabe. Muchos se decantan por ser policías, periodistas o maestros, para lo que desean viajar a España.
Algunos, sin embargo, abandonan sus estudios, y según Mohamed Brahim, terminan por arrepentirse de su decisión con el paso de los años. Las instalaciones sorprendieron a la delegación de Castilla y León que visita la zona desde el pasado viernes en un recorrido institucional que finaliza este lunes.
También pudieron conocer las instalaciones y modelo de las guarderías, donde acuden los niños de tres a seis años para aprender a vestirse, ponerse los zapatos y abrocharse los botones. El grupo de castellanos y leoneses acudió a la Tarbia de Amgala, en El Aaiún. Los pequeños ofrecieron una ofrenda de productos típicos, como los dátiles o la leche de camello.