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Cómo conseguir una piel lisa sin poros: consejos de especialistas

Es bastante frecuente que, en el rostro de algunas personas, los poros aparezcan muy dilatados en zonas como la frente, la nariz o la barbilla

El hecho de conseguir una piel lisa sin poros es motivo de preocupación y un objetivo que persiguen muchas personas que se preocupan por su apariencia. El aspecto de nuestra piel, en determinadas ocasiones, suele ser poroso, especialmente en aquellas zonas más grasas, como, por ejemplo, en la piel de la frente, la nariz o la barbilla.

Algunas personas experimentan períodos en su vida en que tienen los poros muy abiertos mientras que otras sufren este problema durante toda su vida y buscan eliminarlos o cerrarlos por completo para que su piel tenga un aspecto más liso y saludable. Sin embargo, esto no es tan sencillo, ya que los poros en sí no se pueden eliminar ni cerrar completamente.

Esto se debe a que los poros forman parte intrínseca de la piel de todo nuestro cuerpo, ya que este se encuentra naturalmente cubierto por millones de ellos. Estos son los pequeños orificios que albergan los folículos del vello corporal.

Cada uno de ellos contiene una glándula sebácea que produce grasa que, a su vez, ayuda a que tu piel se mantenga suave, joven e hidratada, además de participar en la renovación celular, gracias a la eliminación de las células muertas.

Aunque forman parte de nuestra piel, lo cierto es que algunas personas tienen los poros mucho más grandes y dilatados que otras, por lo que resultan más visibles y evidentes. Así pues, entendiendo qué son los poros y cuál es su necesaria función, los especialistas de Académie.es nos van a explicar cómo podemos cerrarlos ligeramente para hacerlos menos visibles con la intención de conseguir una piel completamente lisa.

¿Por qué los poros de la cara se muestran abiertos?

Como hemos dicho anteriormente, es bastante frecuente que, en el rostro de algunas personas, los poros aparezcan muy dilatados en zonas como la frente, la nariz o la barbilla. Esto se puede deber a distintas causas. Por ejemplo, algunas personas tienen predisposición genética a que esto les ocurra. Es decir, las personas que tienen piel con tendencia seborreica o grasa suelen tener los poros más dilatados y resultar más visibles.

También se puede deber a la acción de las hormonas. Por ejemplo, las variaciones hormonales durante la adolescencia o la menopausia pueden favorecer la dilatación de los poros del rostro debido a que la piel se puede volver más grasa. Esto se relaciona directamente con el envejecimiento de la piel, ya que una piel envejecida pierde elasticidad, lo que puede favorecer que los poros se abran.

Asimismo, la suciedad y las impurezas son la causa más frecuente por la que se dilatan los poros del rostro, sobre todo en aquellas personas que tienen piel grasa o seborreica. La grasa se acumula en el rostro y las células muertas no se eliminan correctamente. Esto puede hacer que los poros se taponen y se vean obligados a abrirse más para poder cumplir sus funciones.

Como hemos dicho, los poros son necesarios para mantener una piel hidratada y saludable, por lo que no pueden cerrarse por completo. Sin embargo, sí que es posible cerrarlos en cierta medida para suavizar su aspecto. De esta manera, pueden regresar a su tamaño natural sin problemas y mostrar un cutis liso y suave.

¿Qué se puede hacer para conseguir una piel lisa y sin poros?

Ahora que sabes que es posible conseguir tener una piel con poros más cerrados y menos visibles, te vamos a explicar los pasos que debes seguir para conseguir una piel lisa y sin poros. Si bien los poros no se pueden cerrar completamente, sí que se pueden disimular al máximo para que no resulten tan evidentes.

Limpieza de los poros del rostro

Lo primero que debes tener en cuenta es que debes eliminar la grasa que se va acumulando imperceptiblemente en los poros de tu rostro. Procura lavar la piel de tu rostro a diario utilizando un jabón neutro y agua abundante. Puedes utilizar el Gel Desmaquillante Purificante de Académie para eliminar tanto el maquillaje como los restos de suciedad y secreciones sebáceas del rostro.

Insiste en aquellas zonas donde veas que existen poros dilatados. Con ello, eliminarás el exceso de sebo y los poros no deberán dilatarse de más para seguir cumpliendo sus funciones. Si, en la limpieza también utilizas un tónico de limpieza específico para pieles grasas, como la Loción Juvanyl de Académie, conseguirás un rostro completamente limpio, con los poros más cerrados y con el PH más equilibrado.

Recurre a la exfoliación facial

Es un método de limpieza más agresivo que el anterior. Se basa en la eliminación de los restos de células muertas acumuladas en la capa externa de la piel, así como de otros restos de suciedad, como puede ser el exceso de sebo.

Esta exfoliación ayuda a conseguir una limpieza más en profundidad de los poros que el jabón. No debes recurrir a productos exfoliantes demasiado agresivos sino que, con una exfoliación suave en movimientos circulares una o dos veces por semana es suficiente para liberar los poros y ayudarles a recuperar su tamaño natural.

Así pues, puedes recurrir al Peeling Caliente Enzimático de Académie, que, gracias a su efecto calor, permite limpiar y purificar los poros en profundidad al tiempo que regula la secreción sebácea gracias a la manteca de Karité y la Vitamina E que forman parte de su composición.

Utiliza cremas hidratantes adecuadas para tu piel

Las cremas hidratantes pueden ayudar mucho a recuperar la hidratación de la piel después de la exfoliación. Debes utilizar buenos productos, como los que nos recomiendan QueOpinamos en su artículo. Utiliza cremas de calidad aptas para pieles grasas y mixtas, ya que contienen los ingredientes activos necesarios para equilibrar y reparar tu piel después haberla sometido al lavado y a la exfoliación.

Muchas de las mejores cremas contienen compuestos de enorme valor dermocosmético, como el extracto de papaya y la manteca de karité, que, juntos proporcionan una gran cantidad de nutrientes para la piel de tu rostro, así como vitaminas A, D.E.F y ácidos grasos esenciales para conseguir una piel suave y lisa.

Podemos recomendarte dos productos de Académie que te podrán ayudar a mantener la hidratación de tu rostro, como la Crema Normalizante y el Fluido Normalizante, que, aunque utilizan activos diferentes, proporcionan efectos bastante similares. Sólo se diferencian en la consistencia y en el formato: mientras el primero viene en forma de tarro de crema con textura clásica, el segundo es un tubo con crema más fluida.

Utiliza mascarillas reparadoras y purificadoras

Las mascarillas faciales son fundamentales para promover la regeneración celular y la eliminación de las impurezas que se encuentran alrededor de los poros de la piel, además de hidratarla y nutrirla en profundidad. Puedes probar a utilizar la Máscara de Arcilla de Académie, que utiliza activos de Sílice y Kaolín en su composición que cumplen la función de absorber el sebo y la grasa de los poros, lo que permite purificarlos al mismo tiempo que cierra el poro gracias a los extractos vegetales que contienen.

Ello puede favorecer que, después de algunas aplicaciones, los poros se empiecen a cerrar ligeramente y a hacerse menos visibles, ya que, como hemos dicho, ayudan eliminar las impurezas que se eliminan a través de los mismos, por lo que estos no tendrán que expandirse para poder seguir cumpliendo su función.

Aplica cosméticos con retinol

El retinol es un componente que se suele utilizar en gran cantidad de cosméticos y que ayuda a acelerar y estimular la renovación celular, lo que permite que tus poros regresen a su tamaño natural y dejen de resultar demasiado visibles, ya que no tendrán que trabajar en exceso. Es decir, es un componente beneficioso para las pieles grasas. Así pues, en Académie puedes encontrar unas maravillosas Ampollas de Retinol.

Estas contienen vitaminas que te ayudarán a mantener una piel joven y saludable. Este cosmético se puede aplicar durante la mañana o dejar reposar durante la noche. Siempre se debe utilizar tras el tratamiento de limpieza, exfoliación, aplicación de una crema hidratante y de una mascarilla reparadora. Es decir, se aplica una vez tu piel se encuentra limpia y correctamente hidratada para dejarla radiante y revitalizada.

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