Año tras año, en época estival, se repite la visita del oso a la pedanía del Villar de Santiago -y también a otros pueblos de la comarca lacianiega-. Su alcalde, Miguel Ángel Álvarez Maestro, al igual que en anteriores ocasiones, vuelve a pedir a las administraciones competentes, Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y Junta de Castilla y León, que adopten las medidas necesarias para devolver a estos animales a su hábitat natural.
Y es que el pedáneo ha mostrado su preocupación por la presencia de los plantígrados en el Villar de Santiago. “Ha destrozado árboles frutales, ha matado a una cabra y una vaca ha tenido que ser sacrificada porque se rompió una pata cuando huía del oso que perseguía a ésta y a otras vacas más”. Ante esta situación, Álvarez Maestro, quien también ha añadido que “visita fincas privadas con asiduidad” incide en que han de ser las administraciones las que “hagan un seguimiento de los osos y los devuelvan a su entorno”.
No es la primera vez que suceden estos hechos en El Villar de Santiago ya que los vecinos de este pueblo conviven en época estival con el plantígrado que invade el núcleo urbano de la pedanía. Visitas que se repiten también, verano tras verano, en muchos pueblos de la comarca de Laciana ya que el oso busca árboles frutales con los que alimentarse.
Señor Maestro. En otros lugares de España están orgullosos de poder decir que el oso visita sus pueblos. Acaso le enturbia más el no poder dispararle con su propio rifle, eso seguro que le gustaría a usted más.
Que el ayuntamiento del que usted forma parte, gestione una línea de ayudas a los vecinos de su pedanía para que puedan instalara medidas en sus fincas para que el oso no entre a comer la fruta. Existen muchas formas de hacerlo.
En otros municipios lo explotarían para aprovechar el efecto turístico que tiene el oso. Mire usted el ejemplo cercano de Somiendo. Pero como siempre, solo ve usted el problema, o la ocasión.