Con unos fondos propios de cerca de 9.000 piezas -de las que 1.200 pueden contemplarse en la exposición permanente-, el Museo Etnográfico Provincial de León, situado en Mansilla de las Mulas, cumple el próximo mes diez años de existencia tras recibir la visita de 122.000 personas. El antiguo convento de San Agustín es el cofre en el que se guarda todo un tesoro de tradición e identidad que alberga y exhibe objetos procedentes de innumerables localidades.
El recinto es fruto del proyecto del arquitecto Mariano Díez Sáenz de Miera para edificar un inmueble de una superficie total de 4.490 metros cuadrados, de los que son útiles 3.504. Su diseño se adapta a los restos arqueológicos y se articula en un espacio de tendencia cuadrangular con patio central cerrado, planta baja y dos pisos, con un gran sótano-almacén y un gran vestíbulo que da paso a una amplia estancia, la antigua iglesia y la que fue capilla funeraria de los señores de Villafañe.
El miércoles 20 de febrero de 2008 vio la luz este proyecto que supuso una inversión de más de cinco millones de euros y que se hizo realidad tras la cesión del solar por parte del Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas y la colaboración económica de Caja España con la Diputación de León, propietaria de este museo que incluye numerosas áreas temáticas (el hogar, la agricultura y la ganadería, la viticultura y enología, los oficios rurales, cerámica, vidrios, molinos, artesanía textil, indumentaria, joyería, etnomusicología, juegos y juguetes, armas de fuego, religiosidad, fiestas, ciencia y costumbres, entre otras).
Los primeros años de apertura fueron los que más ‘tirón’ tuvo este nuevo espacio cultural que desde 2015 remonta las cifras de la crisis y cerró 2017 con un balance de 9.300 visitantes. Son datos todavía mejorables, que una mayor difusión en diversos frentes -quizá también con las nuevas tecnologías como grandes aliados-, crecerían notablemente y puede que la celebración del décimo aniversario aporte el empujón que merece un museo reconocido como uno de los mejores de España en su ámbito.
Sorprendente
Las impresiones de quienes se acercan a él son en principio, según explica el técnico responsable, Javier Lagartos, no muy positivas, pero apenas se sitúan delante del edificio ya empiezan a cambiar de opinión. Quizá porque el concepto museo está algo banalizado, la gente llega con cierto escepticismo que se desvanece en cuando comienza a recorrer los espacios expositivos.
“Se sorprenden. La gente queda impresionada. El comentario principal es ‘no me esperaba que esto era así’ y es que la colección es de primer orden”, afirma antes de recordar que es un museo muy accesible en el que para disfrutarlo no hace falta ser especialista en nada.
A muchos les traslada a su niñez y a los más jóvenes les sitúa en muchos casos en entornos desconocidos y les permiten hacerse una idea de cómo se vivía, se jugaba, se trabajaba y se descansaba en los pueblos de sus padres, abuelos… desde pequeños objetos como una cuchara o un pendiente hasta muebles de tamaño considerable como un escaño de palloza, con dosel, babero, ventana, perchero y mesa supletoria típico del área noroccidental de la provincia. Carros, adornos, aperos, prendas, herramientas, e incluso habitáculos como chozos pastoriles completan una oferta que se presenta con una iluminación y ambiente acogedores.
El Museo enseña y educa, como comprueban los numerosos escolares de la provincia que cada año lo visitan -en 2017 ya lo hicieron también algunos de la vecina Valladolid- La presencia de estudiantes es más frecuente en los meses de invierno y en los de primavera-verano son más habituales las familias, grupos o miembros de distintas asociaciones.
El aumento de turistas en la capital no se traduce, todavía, a un recinto situado a tan sólo 18 kilómetros de León, que complementa su actividad expositiva con distintas iniciativas culturales -algunas fijas como la Pieza del Mes- y otras periódicas, como charlas, talleres o presentaciones de libros. Este año, con motivo del décimo aniversario, se organizarán varias muestras y habrá un programa específico que contribuirá a poner en valor un recinto del que también disfrutan algunos de los numerosos peregrinos que pasan por Mansilla de las Mulas y en cuyo albergue encuentran varios paneles informativos que les sugieren la visita. El día a día del Museo Etnográfico Provincial de León les lleva también a protagonizar intercambios o cesiones de parte de sus fondos, como la hecha recientemente al Musac o a la ciudad lusa de Braganza.
Entradas
Los fines de semana, a las 12.30 y a las 17.30 horas se programan visitas guiadas de alrededor de una hora y media de duración. Además, todos los días, está disponible una guía para grupos de más de ocho personas, dentro del precio de acceso, pero se sugiere que se concierte con antelación. La entrada ordinaria cuesta cinco euros, para niños menores de siete años y para profesores es gratuita y existen descuentos para estudiantes, peregrinos, familias numerosas, jubilados y grupos de más de diez personas, que pagan tres euros. A través de los códigos QR de los ‘smartphones’ puede hacerse una visita denominada ‘Los Tesoros del Museo’ que incluye un grupo de piezas que se consideran fundamentales desde el punto de vista artístico o antropológico.
Los fondos
El Museo, que el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, define como “un punto de encuentro con nuestra historia y nuestras tradiciones a través de un recorrido en el que se pone de manifiesto la diversidad de una provincia tan rica como León”, cuenta también con una biblioteca especializada en temas de etnográfica -actualmente en catalogación- que incluye el legado de Concha Casado (más de 2.500 libros, además de fotografías, diapositivas, escritos y anotaciones).
Estudiosos o personas que por cualquier motivo lo soliciten pueden acceder -para fotografiar o revisar- a las miles de piezas depositadas en los almacenes, algunas de las cuales se prestan a museos o aparecen en exposiciones temporales; el resto se custodian y se conservan y una mínima parte pasa a ocupar huecos que puedan quedar en alguna zona por la retirada de algún elemento.
Los objetos que aloja el Museo tiene tres orígenes, de los que la adquisición es el más inusual. Lo frecuente es que lleguen a él en forma de depósito en cuyo caso el dueño no pierde su propiedad y la donación; que implica la resolución de determinados trámites administrativos para que la Diputación pase a ser la titular de la pieza en cuestión. En estos casos el donante recibe como compensación la entrada gratuita de por vida al recinto.