PREMIOS MUJER 2024

As bestas, con b de Bierzo y mucho más

El Bierzo está disfrutando estos días del estreno en salas de As Bestas, la magnífica película que Sorogoyen quiso rodar en parajes bercianos

 

La película te mantiene con las tripas encogidas casi desde el principio hasta el final. Todo es natural, creíble y muy reconocible. Si las carreteras del Bierzo Oeste son un desastre, pues así se ven en la película;  si en nuestros pueblos convive la piedra centenaria con los bloques grises de hormigón pues ahí están; si nuestros sotos de castaños huelen a frío y misterio, pues así los retrata la película, atravesando la pantalla y transmitiendo al espectador sensaciones intensas. Y más allá de paisajes, también vemos la brutalidad transformada en poesía sin recrearse en la desgracia. Hay que ser muy Sorogoyen para saber hacer algo así

 

Cualquiera que tenga raíces de pueblo reconocerá, fotograma tras fotograma, situaciones vividas en primera persona o contadas por vecinos o familiares. Pero no os dejéis engañar, la película no es una historia costumbrista. Es un thriller de altura que mientras nos atrapa en una trama angustiosa, nos habla de la vida. Esta película no sería tan grande sin esos diálogos que mantienen Antoine y Xan en el bar o en el que se desbordan Olga y su hija en la cocina. Todo un arte, de director y actores, que saben mantener la atención del espectador en largos planos mientras los protagonistas van soltando frases llenas de verdad, sin contemplaciones, demostrando que todo en la vida es un poco más complicado de lo que puede parecer al principio, que las acciones tienen consecuencias pero también causas, que su causa no implica impunidad pero sí que puede ayudar a rebajar la superioridad moral que algunas personas gustan atribuirse.

 

Ya estamos tardando en organizar rutas por los caminos que recorrió Antoine, el río en que se baño, el mercado donde vendían los mejores tomates del valle…

 

Sorogoyen nos ha hecho un auténtico regalo con As Bestas: ha demostrado que la cámara quiere a nuestra tierra. Es tan fácil imaginarse los Bosques de Ancares habitados por elfos, las cascadas de Noceda ocultando encuentros de amores prohibidos, las calles de Peñalba dando vida a la infancia de algún héroe milenario, el Zoufreral de Cobrana escondiendo seres ancestrales que protegen valiosos tesoros, la Gran Corta albergando una prisión de alta seguridad para los rebeldes que se levantan contra el Imperio… Y tantos y tantos más… El Bierzo es un gran plató al aire libre, que sea desconocido para la industria cinematográfica es, de momento una oportunidad; no aprovecharla de inmediato sería una auténtica negligencia e irresponsabilidad

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