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El invierno pasado fueron trece los contenedores incendiados en el municipio de Villablino a consecuencia de depositar en ellos cenizas incandescentes procedentes de las calderas de calefacción. Cada uno de esos contenedores tiene un precio cercano a los 250 euros. Ahora con el inicio del encendido de las cocinas de carbón, ha vuelto a pasar. Ayer jueves, antes de las 22:00 horas, un contenedor ardía, por esta misma causa, en la calle Juan Alvarado de la capital lacianiega.
El concejal de Servicios, Ángel Gutiérrez, además de mostrar su profundo malestar por el peligro que supone el suceso y los perjuicios económicos que causa para las arcas municipales, recordó que antes de arrojar las cenizas al contenedor, hay que asegurarse de que están apagadas. Añadió, también, que las cenizas, al igual que el resto de basura, han de depositarse en bolsas.
El propio Ayuntamiento, el año pasado, ante estos hechos reiterados, emitió un bando municipal en el que recordaba dichas cuestiones.
