PREMIOS MUJER 2024

Apuntes sobre las escuelas de nuestros pueblos

Como persona aficionada a la divulgación del conocimiento racional y científico me interesa todo lo inherente a los centros de enseñanza y en especial las escuelas elementales de nuestros pueblos, muchas de las cuales han pasado a la historia debido a la escasez de niños en el mundo rural. El tema de las escuelas de los diminutos pueblos; esas en las que muchos aprendimos a leer, escribir y unas nociones elementales sobre matemáticas, geografía o historia, es muy amplio y por ello en este artículo solo cabe señalar unas pinceladas o unos datos dispersos que he logrado conseguir en buena medida gracias a mi afición a la historia local.

Las escuelas tal y como las hemos conocido en nuestros tiempos surgieron a partir del año 1812, con la Constitución entonces promulgada. El artículo 366 de aquella, se dispuso que “en todos los pueblos de la Monarquía”; se habrían de establecer escuelas en las que enseñar a los niños a leer , escribir y contar y el catecismo de la Religión Católica; además de una breve exposición de las obligaciones civiles. Con anterioridad a esta fecha por lo visto se consideraba que eso de saber leer y escribir no era muy necesario. Al fin y al cabo desde tiempos inmemoriales existían los escribanos (notarios), que eran los que se encargaban de decir al vecindario lo que estaba escrito en los papeles y también de poner por escrito lo que fuere preciso. A mitad del siglo XVIII y por lo que yo se en el entorno de Bembibre-Ponferrada sólo había escuela en estas dos poblaciones en Molinaseca y en San Miguel de las Dueñas.

No obstante a lo largo del siglo XIX las escuelas se fueron poco a poco implantando. Según datos tomados de la Red, en el caso de León, la llamada Escuela Normal Primaria empezó a funcionar en el año 1844 y se dedicaba a formar a los futuros maestros de nuestros pueblos. Es una lástima que no tenga a mano mis apuntes referentes a lo que acaeció en Castropodame, que sería más o menos similar a lo sucedido en otros pueblos pequeños como este. No obstante si puedo señalar que la asistencia a las clases no solía lograrse con facilidad. De hecho hasta bien entrado el siglo XX; se consideraba normal que los niños y niñas faltasen a la escuela cuando había que hacer “otras labores de mas provecho”; como ayudar en las faenas agrícolas.

Por otra parte parece evidente que durante bastante tiempo se dio mas importancia a la educación de a los niños que a las niñas. Incluso el propio Ayuntamiento de Castropodame se situaba claramente en esta línea, hasta el punto que la Junta Provincial de Enseñanza de León; reprendió formalmente al citado ayuntamiento por su escaso celo en la educación de las mujeres. La maestra de niñas cobraba menos que el maestro de niños. La tasa de personas que no sabían ni leer ni escribir era siempre más alta entre las mujeres que entre los hombres.

Otro detalle interesante es que además de las escuelas fijas había otras llamadas “temporeras” que existían por ejemplo en el año 1878 en varios pueblos del Ayuntamiento de Castropodame. Estas escuelas y como cabe deducir de su nombre; sólo debían existir durante una parte del año a diferencia de las llamadas fijas que sólo cesarían en su actividad en vacaciones. De nuevo sale a relucir el tema del absentismo escolar; pero que era debido a que los niños y niñas debían dedicar buena parte de su tiempo a trabajar en el campo. Esta situación se mantuvo durante toda la mitad del pasado siglo XX, por lo menos. Ahora se reclama tiempo para que los niños y niñas tengan tiempo para jugar y por ello hay quien está en contra de que se mande a los escolares deberes para hacer en el hogar. Es un tema de debate; pero no vendría mal recordar, que hasta tiempos muy recientes los escolares al salir de clase debían buscar tiempo para hacer los deberes y también para trabajar en labores agrícolas y ganaderas (pastores). Me parece por otra parte que las asignaturas que cursaban los niños no eran las mismas que las niñas; aunque este dato debería comprobarlo.

MATERIAS DE ESTUDIO

Es interesante saber lo que se estudiaba y tengo bastantes datos a este respecto pero no todos a mano. No obstante lo poco que tengo para poder consultar ahora al realizar este artículo presenta algunos detalles curiosos. En las ultimas décadas del siglo XIX en la Escuela Normal de León se podía conseguir el título de Maestro Elemental y también el de Maestro Superior. No tengo muy claro la diferencia entre ambos títulos; ni tampoco las diferencias entre las asignaturas que sería preciso dominar en uno y otro caso. Así pues me parece que el título de Maestro Elemental requería el conocimiento de las siguientes materias: Doctrina Cristiana e Historia Sagrada, Lectura, Escritura, Lengua Castellana, Aritmética, Principios de Educación y Practica de la Enseñanza. Es posible que hubiese alguna mas. No obstante este conjunto de asignaturas estaba encaminado a aprender a leer y escribir además de unas nociones elementales de Matemáticas. Lógicamente no podía faltar la Religión, pues en aquellos tiempos esta asignatura aún se consideraba muy importante. En definitiva que esto explicaría una idea que aún ya bien entrado el siglo XX; se extendía entre las gentes de los pueblos: lo importante era saber leer y escribir además de sumar, restar, multiplicar y dividir; las llamadas “Cuatro Reglas”.

Para el título de Maestro Superior entiendo que se requería un mayor nivel y por ello sería en este caso donde se debería estudiar asignaturas que parecen más especializadas como por ejemplo, Geometría, Dibujo y Agrimensura. También Agricultura, Geografía e Historia, complementos de Aritmética y nociones de Algebra, Industria y Comercio y conocimientos comunes de Ciencias Físicas y Naturales; además lógicamente de otras varias mas que parecen de menor nivel (Lectura y Escritura por ejemplo).Si tenemos en cuenta que estamos hablando del siglo XIX; pues la verdad es que al menos a mi me parece que esto suponía un buen nivel.

Estos datos los he tomado del expediente de un tal D. Faustino Cepedano, natural de Viforcos (cerca de Astorga) y que fue el maestro de niños en Castropodame durante al parecer numerosos años (final siglo XIX y comienzos del XX).

Lógicamente para un análisis mas riguroso del nivel de conocimientos impartidos en las escuelas de nuestros pueblos a finales del siglo XIX; deberíamos tener mas detalles acerca del contenido exacto de las materias impartidas; analizando por ejemplo los libros de texto; pero en todo caso ( y aquí es donde yo quiero llegar), me sorprendió mucho que tras el fin de la Guerra Civil (en concreto al inicio de los años 40) lo que se exigía para ser maestro parece a todas luces insignificante con respecto a lo que exigía en pleno siglo XIX. Algún expediente de la época Franquista señala que las asignaturas de las que se examinaba a los aspirantes a maestros de escuela de un sencillo pueblo como Castropodame eran las siguientes: Religión e Historia Sagrada, Religión y Moral, Caligrafía 1º, Caligrafía 2º, Música 1º, Música 2º Pedagogía 1º, Pedagogía 2º e Historia de la Pedagogía. También en algún caso he visto la asignatura de Practicas de la Enseñanza. Para las maestras de niñas debía ser lo mismo lo único que añadiendo la asignatura de Labores y Economía Doméstica al parecer. Sea como sea me parece una relación de materias muy, muy deficiente. La verdad es que a la vista de esto yo no me explico como se podía adquirir la formación suficiente para ser maestro; salvo claro está que bajo el nombre de Pedagogía se escondan conocimientos de Matemáticas, Lengua Española, Historia y demás. El caso es que mi maestro en Castropodame que obtuvo su título en el año 1940; la verdad es que nos enseñaba un poco de todo; Matemáticas, Historia, Física, Geometría,… en definitiva todo aquello que figuraba en el libro llamado La Enciclopedia que haciendo honor a su nombre hablaba un poco de todo desde Religión a Ciencias Naturales.

Esta Enciclopedia (la había de varios grados según su nivel) estaba estructurada de modo similar a la existente en tiempos de la II República (Enciclopedia de Dalmau Carlés); aunque en la época de Franco se procuró incluir en la misma Religión “a todo trapo”. Hace ya muchos años que hice un estudio comparativo de ambas enciclopedias y en un primer vistazo resulta evidente que con Franco y como es bien sabido la Iglesia adquirió un notorio protagonismo. Creo recordar que en esta enciclopedia de los tiempos de Franco el 20% de sus páginas hablaban de religión y sin embargo en la de la Segunda República ni siquiera aparecía un apartado específico dedicado a la Religión; incluyéndose las referencias a la misma en la parte dedicada a algo similar a la educación cívica.Es justamente lo que se refleja en las materias que para ser maestro había que estudiar en los años primeros años del Franquismo si las comparamos con lo que ocurría en las últimas décadas del siglo XIX. En definitiva, un claro protagonismo de la Religión.

También y como no había un nada disimulado adoctrinamiento político intentando descaradamente justificar el Franquismo. Esta mala costumbre parece que es difícil de erradicar. De hecho en ciertas partes de España parece que sigue en esa línea; aunque no justificando el Franquismo; pero si otras actitudes políticas que son al menos discutibles.

Adjunto dos imágenes tomadas de la Red (www.todocoleccion.net y también www.iberlibro.com) en las que aparece la Enciclopedia Álvarez y la Enciclopedia de Dalmau Carles.

Madrid 9 de diciembre de 2.017

Rogelio Meléndez Tercero

 

 

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