PREMIOS MUJER 2024

Y, ahora, Italia nos da ejemplo

 

También en Italia, a pesar de los pesares, saben dar lecciones de responsabilidad política. Su primer ministro, Matteo Renzi,  ha anunciado su dimisión tras perder por goleada un referéndum que su Gobierno había propuesto sobre la reforma de la Constitución. Ganó el no por cerca de veinte puntos de diferencia y antes que de que concluyera el recuento oficial, Renzi ya había hecho pública su dimisión. Aunque la decisión es lógica y cargada de responsabilidad, en España no deja de sorprender la aplicación de estos automatismos democráticos. Pierdes, pues asumes la responsabilidad y dimites. Así de claro, de sencillo, de ejemplar y de democrático. Así se actúa en Europa. En España es otra cuestión.

En España es muy difícil conjugar el verbo dimitir entre la clase política. Un ejemplo manido: el ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, perdió en unos meses dos elecciones generales consecutivas, llevando a su partido a los peores resultados electorales de su historia y no hubo manera de que reconociese el fracaso y actuase con lógica democrática, asumiendo sus responsabilidades y dimitiese. Al contrario, se enrocó y ya todo el mundo conoce el resultado final. El PSOE está herido de muerte.

Mientras, aquí al lado, en Italia, Renzi, socialdemócrata como Sánchez, dimite y con ello consigue salvaguardar su prestigio personal y el de su formación política, el Partido Demócrata. Lo cual le lleva a ser un claro favorito en las elecciones generales que se han de celebrar en unos meses. Además, con esta decisión de dimitir de forma inmediata logra mantener el pulso político frente a los partidos populistas de la Liga Norte o del Movimiento 5 Estrellas. Qué diferencia con España, con el PSOE, con la izquierda o con la socialdemocracia española. Aquí van de derrota en derrota hasta la tragedia final: En Italia se toman la derrota como un trampolín hasta la probable victoria final.

Y otro recado desde Italia para España. Los referéndums los carga el diablo. Como en Gran  Bretaña o en Colombia. Renzi quiere reformar la Constitución italiana, entre otros motivos, para eliminar las causas que provocan el continuo bloqueo gubernamental. La idea era buena pero en un referéndum los ciudadanos no contestan precisamente a la pregunta que se les hace. Se suele aprovechar una consulta de este tipo para pasar factura al Gobierno. Y en el caso de Italia estaba claro. A Renzi le han suspendido por su neoliberal política económica, por responder a la crisis económica con un aumento de las desigualdades, por el crecimiento del paro entre los más jóvenes, por la subida de impuestos, por la degradación de la sanidad y educación públicas y por la falta de expectativas de futuro. En fin, los ciudadanos le han dado una patada en el trasero de la Constitución.

Aquí en España es necesaria la reforma de la Constitución, sobre todo en materia de regulación de las autonomías. Urge dar una respuesta eficaz al encaje de Cataluña y del País Vasco dentro del Estado y eso requiere mucho diálogo, negociación y consenso. También hay que reformar aspectos ligados a la Justicia o a la Educación. Y hasta hay que reformar el mecanismo que regula la celebración de los propios referéndums. Hay tantas cuestiones que necesitan una reforma en nuestra Constitución. Y esa necesidad hay que reconocerla en un día como hoy, en el 38 cumpleaños de la Carta Magna. Pero sin caer en los errores de planteamiento de Italia. También hay que aprender de los fracasos de los demás.

 

 

 

 

 

 

 

Print Friendly, PDF & Email